La plantilla del Langreo disfrutó ayer de una jornada lúdica por el Oriente. Tras entrenarse a primera hora en el Nuevo Santa Cruz de Cangas de Onís, campo del Cánicas, realizó el descenso del Sella en canoa (en la imagen, con los chalecos salvavidas, antes de entrar al río). A continuación, regresó a Cangas para almorzar en La Marivuelta, cuyo propietario fue obsequiado con una camiseta y un libro sobre la historia del club, informa J. M. Carbajal.