La Atlética sí tiene "abuelo": con 37 años, José Carlos Hernández sigue disfrutando como cuando empezó

El extremo gijonés es parte del gran momento que están viviendo los avilesinos

José Carlos Hernández, ayer, en el polideportivo de La Magdalena. | María Fuentes

José Carlos Hernández, ayer, en el polideportivo de La Magdalena. | María Fuentes / Noé Menéndez

Noé Menéndez

"Lo sé, soy el abuelo del equipo". Animado y en tono de broma, José Carlos Hernández sigue transmitiendo a sus 37 años la misma pasión por el balonmano que el primer día. El gijonés es la nota discordante dentro de la Atlética Avilesina, un grupo joven que esta temporada está brillando en Primera Nacional. En los 21 encuentros que llevan disputados, solo han caído una vez. Su último partido, ante el Congesa, sirve para mostrar la superioridad de los avilesinos. Los de Guillermo Artime se pusieron las botas y se impusieron a los salmantinos por 20 goles de diferencia (26-46).

"No se puede decir que vayamos sobrados, hay mucho trabajo detrás de cada victoria", afirma Hernández, que ni él se esperaba el rendimiento que está logrando el cuadro avilesino cuando firmó por el equipo este verano. "Se está fomentando mucho a los jugadores jóvenes. Hay mucha gente que tiene una calidad espectacular. En los entrenos se ve", explica, motivado por el reto que supone ser uno de los veteranos de la Atlética. "Hay varios mayores, como Adrián Cuevas y Aitor Rodríguez, pero yo soy el veterano de la plantilla", cuenta el gijonés, que quiere aportar experiencia y poso competitivo a un equipo marcado por su juventud.

"Hay que adaptarse al cambio generacional. Somos un gran grupo, es muy fácil estar con ellos", destaca el extremo, encantado con el buen ambiente que se vive en el vestuario de la Atlética. "Hay muchas bromas, pero se aceptan", confiesa con alegría, muestra del buen rollo que hay en el equipo y de la normalidad con la que se vive la diferencia de edad.

Tras muchos años fuera de casa, este verano Hernández tomó la decisión de volver a casa. Con dos niños, ahora es tiempo de afincarse en Asturias y echar una mano a la familia. "La Atlética es el club en el que empecé cuando tenía 17 años. Tras unos años aquí, con 22 me fui a Andalucía a jugar", recuerda el gijonés. Pero su sueño estuvo a punto de cortarse por culpa de la crisis económica. "Después de medio año tuve que volver a Asturias, porque estalló la burbuja inmobiliaria y el balonmano fue muy perjudicado (por la pérdida de patrocinadores)", narra. Ya con la cabeza puesta en ponerse a trabajar en un oficio alejado del deporte, "como todo hijo de vecino", le llegó una oferta del Torrelavega, lo que le permitió seguir ligado a su gran amor. "En Cantabria estuve 10 años y llegué a ser el capitán. Ahora, que ya estoy de vuelta, qué mejor que volver a mi casa", señala el extremo, encantado con el rendimiento que está mostrando el equipo.

A pesar de llevar 20 años en el mundo del balonmano, su relación con el deporte sigue igual que el primer día. "Es innato. He vivido muchos años del balonmano, todo relacionado con él me apasiona", asegura el gijonés, encantado por, a su edad, "seguir compitiendo en un equipo como la Atlética". "Es un lujo, solo puedo dar las gracias", indica.

"No te voy a mentir, ni yo ni la directiva pensábamos que la temporada iba a ir tan bien. Estamos por encima de lo pensado", reconoce Hernández. Cuando aterrizó en Avilés, esperaba un equipo que pudiese competir contra cualquier rival, "pero esta regularidad no me la vi venir". "Cuando viajamos a Soria o Santoña siempre recuerdo a los chicos que son rivales contra los que se ganan ligas. Ahora no podemos bajar el pie del acelerador", comenta el gijonés, pletórico por formar parte de un cuadro que pueda medirse de tú a tú ante los grandes. "Aún queda mucho, tenemos una fase de ascenso por delante, por lo que no quiero alzar mucho la voz todavía. La clave es seguir con esta dinámica", dice el extremo. Es esa teórica fase de ascenso, Hernández espera aportar la calma que le da la experiencia, pero es consciente que "los chicos sin mí estarían en lo más alto igualmente". "Ojalá conseguir ese ascenso, sería espectacular", sentencia en una prueba más de que la Atlética sí tiene "abuelo".

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