Entrevista | María Méndez Central de la selección femenina de fútbol

María Méndez, la ovetense que acaba de meter su primer gol con la selección: "Es triste que se nos haya empezado a escuchar cuando hemos sido campeonas del Mundo"

"Lo que ha ocurrido tras el Mundial nos ha fortalecido como grupo"

María Méndez e Inma Gabarro, en un entrenamiento en Las Rozas durante la última concentración de la selección.

María Méndez e Inma Gabarro, en un entrenamiento en Las Rozas durante la última concentración de la selección. / Efe / Sergio Pérez

La bisoñez se intuye en María Méndez (Oviedo, 2001) tan poco fuera del campo como dentro. Central infranqueable, líder y capitana en el Levante y habitual en las convocatorias de la selección, anotó el pasado martes su primer gol con la camiseta nacional en la victoria (1-7) contra Suiza. No solo le sobran galones, sino también discurso.

–No todas las semanas se mete el primer gol con la selección.

–No lo pienso mucho. Lo único que me viene a la cabeza cuando me lo recuerdan es la alegría de ese momento. Más allá del gol, me quedo con la oportunidad de jugar 90 minutos, ganar… es una conjunción de emociones que recordaré siempre.

–Dijo recientemente que la anterior concentración, la de Oliva, resultó positiva por lo que habían conseguido en ella.

–Coincidimos todas en esta última concentración en que en la anterior habíamos vivido momentos difíciles, pero sí, merecieron la pena las reuniones y las dificultades. En esta concentración nos hemos reunido con el presidente del CSD y la Federación para firmar un documento público, así que parece que las cosas van hacia adelante.

–¿Lo que sucedió con el beso no consentido de Rubiales y sus posteriores reivindicaciones han supuesto un punto de inflexión a nivel social?

–No sé si marcó un antes y un después, pero ese acto fue muy, muy importante a nivel mediático y social y sirve de precedente para que en el futuro no ocurra y, si vuelve a ocurrir, el código ético de la Federación esté mucho más presente y se tenga más en cuenta. Es una cosa que no debe ocurrir nunca, pero, lamentablemente, siempre tiene que haber una primera vez y ojalá esto sirva para las generaciones futuras, no solo en el fútbol sino para las mujeres en general. 

–¿Todo lo que ha sucedido tras el Mundial les ha fortalecido como grupo?

–Sí, puede ser, porque en un equipo hay que tomar decisiones y a veces no todas están de acuerdo, de eso se trata, de que todas lleguemos a un consenso y aceptemos las opiniones del resto, pero siempre con un objetivo en mente. Ahora se está formando grupo nuevo, con la confianza de todas, y estamos en una buena dinámica y, además, los resultados están acompañando. 

–Comentó Aitana Bonmatí que no le sorprendió el poco apoyo que recibieron por parte de sus homólogos masculinos. ¿A usted tampoco?

–Cada uno mira por lo suyo. Entiendo que ellos no conocerán ni la mitad de las cosas que estamos viviendo, para ellos será raro y no querrán meterse. Nosotras vivimos todas esas cosas por las que seguimos peleando y ellos no son consciente de nada de lo que hay dentro, por lo que tampoco quieren meterse ni ir más allá. 

–¿Siente que, por haberse tenido que ganar las futbolistas el respeto, tienen un sentido de la lucha más colectivo que ellos? 

–Siempre digo que me parece triste que se nos haya empezado a escuchar cuando hemos sido campeonas del Mundo. Hasta hace muy poco no habíamos conseguido avanzar nada, y se decía: «las niñas piden tal, las niñas piden cual». Nosotras sólo queremos dedicarnos al fútbol, no queremos meternos en temas de gestión. Yo acabo de llegar a la absoluta y mis compañeras pelean desde hace mucho por cosas que no se estaban teniendo en cuentas. Cuando te plantas de verdad, en Oliva, y tienes poder después de ganar el Mundial es cuando empiezan a escucharte y a tenerte en cuenta. No debería haber sido tan tarde, pero creo que ahora de verdad se están cambiando las cosas.

–Aterrizó muy joven en la Selección. ¿Resultó sencillo integrarse?

 –Llegué como una niña a un sitio en el que todas son referentes, las mejores del mundo. Lo que más me impactó fue la profesionalidad y la competencia que había. A veces, salgo de los entrenamientos y pienso: «Uf, son buenísimas». Trato de empaparme de todo lo bueno que tienen mis compañeras, y es gratificante sentir que mejoro concentración tras concentración. Me considero muy joven a su lado; para mí, el reto de estar aquí es muy grande, pero tengo la ambición de seguir sumando internacionalidades.

–La seleccionadora, la también asturiana Montse Tomé, se vio envuelta en una gran polémica tras su primera lista. ¿Cómo es su relación con ella?

 –La conocía de alguna concentración sub-23, en la que ella era seleccionadora, y luego de su etapa como ayudante de Jorge (Vilda). Estamos conociéndonos las jugadoras y el nuevo staff, y de momento todo es positivo, los resultados acompañan y todas tenemos el mismo objetivo. 

–Se quedó fuera del Mundial. ¿Le costó digerirlo?

–Había ido a todas las concentraciones previas durante el año hasta la última, a la que no pude ir por lesión. Fue duro no ir tampoco acudir a la prelista del Mundial, dos semanas antes de la lista definitiva. Da rabia, había trabajado mucho y había hecho buen año, pero no depende de una misma sino del gusto de seleccionador y el staff. He aprendido de ese palo, me he repuesto y ahora he vuelto a la selección y el objetivo es seguir destacando en el club para seguir viniendo.  

–Ir a los Juegos Olímpicos del próximo año sería una buena forma de quitarse la espinita del Mundial.

–Los Juegos son lo máximo para cualquier deportista, son el próximo verano, queda muy poco. Voy sumando convocatorias, que es lo que me hace estar cera de ir, a ver si tengo la oportunidad.

–Con su club, el Levante, el objetivo es volver a clasificarse para la Champions después de caer en la ronda previa contra el Twente holandés.

 –Empezamos con un pequeño bache, un poco tocadas por la eliminación en Champions; era un reto muy bonito ver hasta dónde podíamos llegar en Europa, pero hemos sabido salir de ese mal momento y acabamos de ganar a un rival directo como el Madrid. Hemos formado un grupo muy bueno, de gran nivel, y las cosas están saliendo muy bien, aunque es difícil hacer una temporada con los números de la anterior, pero queremos conseguirlo.

–Se fue con 18 años de su ciudad y de su club, el Real Oviedo, al Deportivo de La Coruña. ¿Fue un momento difícil? 

Son decisiones que hay que tomar si quieres seguir progresando. Fue difícil porque el Dépor era un rival directo del Oviedo, el equipo de toda mi vida, pero, echando la vista atrás, creo que hice bien. El año en el Dépor fue espectacular, fuimos el equipo revelación a pesar de ser súper jóvenes y de acabar de ascender. Las compañeras eran top, la ciudad también… gracias a ese paso, me acabó fichando un grande como el Levante, aunque irte de casa siempre es complicado.

–Dice que el Real Oviedo es el club de su vida. ¿Cómo valora la situación tanto del equipo masculino como del femenino?

–Jugué en el Oviedo desde pequeña, igual que mi hermano, y mi abuelo es el socio número 5. El Oviedo está remontando con el cambio de entrenador, parece que va mejor. El femenino, por lo que me cuentan las excompañeras en el equipo con las que aún conservo relación, también lo está haciendo muy bien.

–¿Qué sintió cuando se anunció el regreso de Santi Cazorla?

–Es un referente, no solo como asturiano sino también a nivel mundial. Como oviedista, que haya vuelto me llena de ilusión, es un paso muy bonito para el Oviedo y para la ciudad. A ver si puedo ir al Tartiere esta temporada.

–En el campo, es una central con jerarquía. ¿Se parecen la María futbolista y la María persona?

–Sí que van un poco ligadas la personalidad de dentro y la de fuera del campo. Considero que tengo bastante personalidad, el liderazgo y lo en serio que me tomo el fútbol trato de trasladarlo al resto de mi vida: si estoy en Valencia es por el fútbol, que es mi trabajo, y mido cada detalle para seguir progresando y llegar a lo más alto. Llevo 3 años siendo una de las capitanas del Levante, estoy súper agradecida por que me dieran esta responsabilidad tan joven, pero no lo asumo como una presión sino como una ambición.

–¿Soñaba cuando empezó a jugar en el Oviedo con lograr todo lo que está consiguiendo?

 –Siempre fui muy ambiciosa. Decía: ojalá ir a la Selección, ojalá ganar tal y cual… Nunca tienes idea de dónde puedes acabar, pero siempre he tenido muy claro adónde quería llegar. Me llena de orgullo saber que, poco a poco, estoy trabajando duro para conseguir mis sueños.

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