La emocionante carta de despedida hacia Rubén Sánchez: "Tenía ganas de comerse el mundo"

El asturiano falleció en un accidente de moto en Tenerife: "Era uno de los mayores aficionados del Oviedo", dicen sus amigos

Rubén Sánchez, con una bandera del Oviedo en una playa de Tenerife.

Rubén Sánchez, con una bandera del Oviedo en una playa de Tenerife. / Joaquín A. Cuesta / Lucas Blanco

Joaquín A. Cuesta

Joaquín A. Cuesta

Rubén Sánchez, miembro de la asociación de veteranos del CD Covadonga y gran aficionado oviedista afincado en Tenerife, falleció el lunes a los 53 años de edad tras sufrir un accidente de moto en la isla. "Siempre llevaba en liza nuestro escudo", publicó el Covadonga en sus redes sociales, mostrando sus condolencias a familiares y amigos del carbayón. "Era una persona que siempre querías tener cerca, no tenemos palabras para definir lo que sentimos ahora mismo. Es una pena enorme", lamentó Alberto Palacio, vicepresidente del Covadonga.

Sánchez, ex guardia civil ya jubilado, residía en Tenerife desde hacía unos años. Se mudó allí para disfrutar de una de sus grandes pasiones, el submarinismo, aunque también "para gozar un poco más la vida", aseguró el mandatario del Cova. Un final "muy temprano" para una persona que tenía "muchas ganas de comerse el mundo y la vida, y que buscó hasta el último segundo seguir disfrutando de sus pasiones y de sus equipos del alma, del Cova y su tan estimado Oviedín. Era uno de sus mayores aficionados", aseguró Palacio.

[object Object]

Los tres reyes. Así nos llamábamos desde hace muchos años y siempre que nos juntábamos era obligatorio hacer una foto para subirla a Facebook. Yo siempre me colocaba en medio para ponerme de puntillas e igualar la altura (mucho te reías de eso, Rubenín). Siempre nos dabas sorpresas y siempre eran agradables, con una sonrisa contagiosa, con muchas ganas de disfrutar de la vida y de tu gente, como tú decías. Esta vez no ha sido así. La noticia que nunca hubiéramos querido tener nos ha llegado desde la distancia. Aún estamos perplejos, quizá soñando. Ojalá fuera eso, una mala pesadilla de la que pudiéramos despertarnos. Toca ser fuertes, toca seguir adelante. Ten por seguro, mi querido Rubenín, que seguirás con nosotros, en nuestro local, en nuestras celebraciones, en tu Cova y en tu Oviedín del alma, a los que tanto querías. Seguiremos siendo los tres reyes, la familia que se elige como se suele decir. Suena a despedida y de alguna manera lo es, pero solo muere quien cae en el olvido y te podemos asegurar que dejas una huella muy grande en todos nosotros que será imposible borrar.

Más que amigos, sois mis hermanos, como siempre nos decías. Y queremos recordar una de tus últimas publicaciones sobre nuestra amistad: "No pido que lo superéis, sólo que lo intentéis igualar, porque es imposible tener unos amigos cómo vosotros dos, sois los mejores".

Hasta siempre, Rubén, nuestro eterno amigo.