El Alimerka Oviedo Baloncesto se suicida en Melilla: un mal final condena a un OCB al que la mesa de anotación le birló dos puntos (84-81)

El equipo carbayón, que vio como no le contaron una canasta de Martí al inicio del segundo cuarto, deja escapar un partido que controló en un horrible último cuarto

Martí trata de hacerse con el balón ante Lepichev, en el Alimerka  Oviedo-Melilla. |

Martí trata de hacerse con el balón ante Lepichev, en el Alimerka Oviedo-Melilla. | / Miki López

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Melilla, 84-Alimerka Oviedo, 81

Melilla, 84-Alimerka Oviedo, 81

Cuartos: 21-28; 25-23; 23-23; 15-7

Árbitros: Carlos Javier García, Cristian Martín y Andrea Alejo. Excluyeron por 5 faltas a Delas y Douvier.

Pabellón Javier Imbroda. El OCB firmó el acta bajo protesta después de que no le sumaran una canasta de Martí.

El Alimerka Oviedo sigue desperdiciando el margen que había acumulado con la zona de descenso y en esta ocasión lo hizo cayendo en un partido que controló desde el principio y en el que la única ventaja de su rival, el Melilla, fue la que consiguió para ponerse 84-81 y ganar el encuentro. Un desastroso final del equipo carbayón provocó una derrota de las que escuecen y de las que hacen que el abismo esté un poco más cerca. Eso sí, el marcador con el que concluyó el partido no es real porque el despropósito en el que se convirtió por momentos este encuentro de la LEB Oro incluyó una canasta anotada por Marc Martí cuando habían transcurrido 26 segundos del segundo cuarto que la mesa de anotadores no apuntó y que por lo tanto no subió al marcador.

El equipo de Oviedo comenzó el partido muy bien, enchufado, con un aire de revancha tras la derrota en Pumarín ante el Tizona. Una vez más, el protagonista fue un desatado Horton, que en menos de tres minutos de juego ya había encestado tres triples (4-11). Duscak, muy activo en este comienzo de partido, sacó una antideportiva que elevó la diferencia a nueve puntos (4-13) a 6.55 de acabar el parcial. Los árbitros, por su parte, decidieron que el partido fuera más pesado y lento de lo que los protagonistas querían. Lo consiguieron pitando en uno y otro lado faltas sin parar, por lo mínimo, casi por mirar al rival con mucha intensidad.

Entre Alvarado, Douvier y Van Dyke mantuvieron al Melilla en el encuentro ante un OCB que parecía diferente al del último partido, aunque volvió a desperdiciar demasiado en detalles como, otra vez, los tiros libres: acabaron con 14 de 24 en esa suerte cuando su rival metió los 19 que intentó. El primer parcial concluyó con un triple de Martí que dio siete puntos de renta al equipo asturiano (21-28).

Y en el inicio del segundo sucedió algo que en una competición de este nivel no puede pasar. Anotó primero Guille Mulero para Melilla (23-28) y una buena asistencia de Josep Pérez dejó a Martí debajo de canasta para encestar el supuesto 23-30. Pues no. Esa canasta, dada por buena por los árbitros, nunca llegó a subir al marcador. El partido siguió sin que se contara. En la señal de televisión se vio al segundo entrenador y al delegado del OCB discutiendo al descanso con la mesa, pero la canasta no se les sumó.

El encuentro siguió y unos buenos minutos de Stuckman, unidos al acierto del talentoso Horton, llevaron al OCB a irse por once de diferencia (35-46) en el ecuador del segundo parcial. Pero se agarró al partido el equipo de Melilla y redujo la distancia a 46-51 con una canasta del naviego Javi Menéndez antes del descanso. Lo último que sucedió fueron dos tiros libres que Stuckman, que había estado muy acertado, tiró al océano.

Al salir de vestuarios, Horton tuvo otro momento de ebullición y en dos minutos metió tres triples (los últimos que anotaría) para poner el 51-60. Le faltó al OCB contundencia defensiva cuando tenía el partido encarrilado para evitar que su rival siguiera enganchado. No la tuvo y el partido se fue al último cuarto 69-74 y con la sensación de que Oviedo debía tener más ventaja. Al final llegó el desacierto a un duelo que se había caracterizado por lo contrario. Dos tiros libres de Van Dyke a 38 segundos pusieron las tablas (81-81) y el OCB perdió poco después un balón por no sacar de banda a tiempo. Una falta a Van Dyke le dio tres tiros libres que convirtió (84-81) y en los seis segundos que restaron el OCB no fue capaz de armar un tiro, por lo que vuelve de Melilla sin victoria y con dos puntos de menos.

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