Un mal final condena al Oviedo Baloncesto ante el Lleida (73-75): Otro desperdicio del Alimerka

El equipo asturiano de LEB Oro cuaja un gran partido y, entre pérdidas absurdas y errores en los momentos calientes, suma ante el conjunto catalán su quinta derrota seguida

Demetric Horton penetra a canasta ante Hasbrouck. |

Demetric Horton penetra a canasta ante Hasbrouck. | / Miki López

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Alimerka Oviedo, 73-Força Lleida, 75

Alimerka Oviedo, 73-Força Lleida, 75

Cuartos: 27-20; 13-21; 21-13; 12-21

Árbitros: Francisco José Zafra, Rodrigo Garvin y Javier Borrego. Sin eliminados.

Polideportivo de Pumarín: Se guardó un minuto de silencio por el joven fallecido en un accidente de tráfico en Ribera de Arriba, que era jugador del infantil B del Oviedo Baloncesto.

El Alimerka Oviedo encadenó su quinta derrota consecutiva después de hacer, durante la mayor parte del partido que disputó esta domingo en Pumarín, un fantástico trabajo ante el Força Lleida, uno de los mejores equipos de la competición. Pero las razones de la derrota no están en el rival, ni en el canastón final que metió Hasbrouck para decantar, otra vez, el duelo a favor del equipo catalán. Las malas decisiones, las pérdidas absurdas y los fallos en momentos claves del encuentro dieron, de nuevo, munición al rival para llegara al final del encuentro con unas opciones que, ellos sí, supieron aprovechar.

El inicio fue muy bueno para el equipo local, sobre todo en ataque, con un Hall en estado de gracia, con Sanz aportando desde el triple, y con el capitán, Marc Martí, el mejor de los locales, bailando bajo el aro. El 27-20 del primer cuarto refleja la alegría y el acierto con el que comenzó el equipo de Oviedo, intentando olvidar las derrotas pasadas, en las canchas de Ourense y Melilla (en este caso falta por resolver el recurso presentado a la Federación Española por la canasta que no se le sumó a Marc Martí), en partidos que también dominaron y dejaron escapar al final.

Un par de acciones de Duscak, otro jugador que aporta muchísimo, dispararon la renta local a once puntos (31-20) en el inicio del segundo cuarto. Pero ahí llegó el primer cortocircuito del equipo de Oviedo, que aprovechó Lleida para endosarle un parcial de 2-13 que empató el partido a 33 cuando quedaban 4.56 minutos para el descanso. Tuvo paciencia el OCB para no descomponerse, volver a ajustar la defensa y dejar el duelo casi igualado al descanso (40-41).

La salida de vestuarios fue excelsa por parte del equipo que entrena Javi Rodríguez. Espoleado por una grada que acudió en buen número a apoyar al equipo en el que ayer debutó Hugo López, que dejó detalles interesantes, aunque también se unió a sus compañeros en cometer algún error incomprensible, el caso es que el OCB, con ritmo y acierto, puso la directa a por una victoria que necesitaba como el agua en el desierto. La ventaja a 2.30 de acabar el tercer parcial se fue a los 14 puntos (60-46). Y ahí llegaron los regalos que no se pueden hacer, que enganchan al rival al partido y que al final cuestan derrotas tan dolorosas como la de ayer. Una pérdida de Josep Pérez primero y otra de Hugo López a continuación sacando de fondo directamente al océano permitieron a Lleida comenzar el último parcial con una desventaja de solo siete puntos (61-54).

Y en el último cuarto, el desparrame. Una pérdida, tres triples librados que falla el OCB de manera consecutiva tras dos buenos rebotes en ataque y tan solo Martí sumando. A un nuevo fallo de Duscak en un triple le sucedió un dos más uno de Kuath, que hizo mucho daño en ese último cuarto, acompañado por el otro pívot del Lleida, Krutwig, dominando el rebote y dando segundas opciones a su equipo. El Lleida estaba a tres (63-60) y al Alimerka no le salía nada en ataque. Menos a Martí. Pero a 3.18, con cinco arriba (71-66), Josep Pérez enloqueció en una contra arriesgando en el pase y perdiendo una posesión preciosa. La respuesta fue un triple de Lobo (71-69) y más miedo en la mochila. Un rebote ofensivo dio el empate a Lleida, la perdió Horton y un canastón de Hasbrouck puso por delante a Lleida (71-73) a 22 segundos del final. Dos tiros libres de Horton empataron el partido a 17 segundos, pero Hasbrouck, siempre Hasbrouck, como el curso pasado con Cáceres y como esta temporada en el partido de ida contra Lleida, convirtió lo que por momentos había sido una fiesta en otro día triste para un OCB que se ha metido de lleno en la lucha por la permanencia.

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