Así fue la victoria del Alimerka Oviedo ante el Cáceres: El OCB se viene arriba y acaricia la permanencia

El equipo de Javi Rodríguez, sólido en defensa y con un gran acierto exterior, fue superior a un rival muy tocado

Raúl Lobaco, con el balón, presionado por Hansel Atencia, del Cáceres. |

Raúl Lobaco, con el balón, presionado por Hansel Atencia, del Cáceres. | / David Cabo

Antonio Lorca

Antonio Lorca

Alimerka Oviedo, 89-Cáceres P. H., 71

Alimerka Oviedo, 89-Cáceres P. H., 71

Cuartos: 21-21; 25-13; 28-19; 15-18

Árbitros: Francisco Morales, Rodrigo Garvín e Imanol Diz. Excluyeron por 5 faltas al local Hugo López.

Polideportivo de Pumarín: Unos 1.000 espectadores.

El Alimerka Oviedo Baloncesto por fin se dio el gusto de ganar un partido sin sufrimiento, con un trabajo completo, de principio a fin, que desembocó en una victoria clara ante el Cáceres, equipo que con esta derrota tiene muy complicado mantenerse en la LEB Oro. En cambio, los de Javi Rodríguez están ya cerca de asegurarse la permanencia en la segunda categoría del baloncesto español.

El equipo de Oviedo salió al parqué de Pumarín con una idea clara, poner muy alto el listón físico del partido, haciendo los cambios que fueran necesarios para que esa intensidad y energía se mantuvieran desde el principio hasta el final. En ese comienzo, fue cuando más le costó al conjunto azul, que se encontró con un Cáceres muy acertado desde la línea de tres (metieron seis triples en siete intentos en el primer cuarto). Tras esos diez primeros minutos las cosas se quedaron como al principio (21-21).

En el segundo, el porcentaje de acierto del Cáceres empezó a bajar, como era normal, con un Oviedo que tuvo momentos en los que defendió a un nivel muy alto, algo que le sostuvo en un inicio de cuarto en el que erró demasiado, fallando algunas canastas sencillas que le impidieron coger distancia en el marcador. Pero fue poco a poco entonándose el equipo de Oviedo, subiendo su porcentaje de acierto en triples, que terminó siendo espectacular (acabó con 18 de 31, un 58%), con buenos minutos de Josep Pérez y, sobre todo, la aparición de nuevo de un estelar Mikel Sanz. El alero vasco, con un físico privilegiado, con una buena mano para el lanzamiento exterior, está encontrando en el Oviedo su mejor momento de juego. Un tipo con un potencial bárbaro. Su irrupción ayudó a aumentar la distancia, dejándola al descanso en doce puntos (46-34).

El OCB le había dado una primera estocada al Cáceres, que está en un momento difícil, con pocas opciones de mantenerse en la categoría, con la importante baja de Dani Rodríguez, varias circunstancias que le hacían estar muy tocado. Todo ello se vio nada más salir de vestuarios, cuando Horton, el mejor del equipo ayer, cogió la manija. El estadounidense tiene mucha clase, una mano privilegiada y es, a pesar de los errores que ha podido cometer a lo largo de esta temporada, fruto en buena medida de que está debutando en una liga profesional, una pieza fundamental para este equipo, capaz de desatascar el ataque en un momento de inspiración. Lo hizo en el tercer cuarto para ir ampliando la renta hasta que un triple de Josep Pérez la colocó en veinte puntos (66-46).

Al último cuarto se llegó con un 74-53 que dejaba ya pocas dudas del devenir del encuentro, con un Oviedo Baloncesto enchufadísimo, con Stuckman también metiendo de fuera una y otra vez, y sobre todo con Horton haciendo diabluras sobre la cancha. Cómodos, tranquilos y, por momentos, jugando con la inconsciencia que tuvieron en el magnífico inicio de temporada que protagonizaron. Un equipo al que le ha venido muy bien también la llegada de Hugo López, un luchador incansable que ayuda a elevar aún más el nivel defensivo del equipo, sobre todo, en ese juego interior en el que tantas veces han sufrido. Mención aparte merece también en ese trabajo oscuro, la labor de Cosialls, alguien que siempre está haciendo cosas que ayudan al equipo.

La renta rondó los veinte puntos hasta el final del partido, con la afición disfrutando por fin, de un partido tranquilo, sin los agobios de otros días, en los que se han dejado escapar victorias que parecían encarriladas, desperdiciando tiros libres en el peor momento o perdiendo el balón cuando no tocaba. Fruto de un equipo joven, con proyección, que tiene todo a favor para cumplir el objetivo que se le pidió: salvar la categoría. Falta rematarlo y disfrutar de un final de temporada en el que aún queda mucho y buen baloncesto por ver.

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