Leb Oro

El Alimerka Oviedo, impotente ante el coloso San Pablo Burgos (87-68)

Los de Javi Rodríguez no tuvieron opciones ante un rival superior

Fischer, cubierto por Horton, con Martí al fondo, en una acción del choque.

Fischer, cubierto por Horton, con Martí al fondo, en una acción del choque. / SPB - Cintia Cortés

Cabía esperar la derrota del Alimerka Oviedo en el Coliseum, la cancha más caliente de la LEB Oro, contra un San Pablo Burgos metido de lleno en el sarao en el que por plantilla, afición y presupuesto ha de estar involucrado: la lucha por el ascenso a la ACB. Los pronósticos se cumplieron y el OCB apenas pudo oponer resistencia contra un San Pablo que hizo pesar desde el principio la calidad que exuda un plantel dirigido ahora por Jota Cuspinera tras el reciente despido de Lolo Encinas. 

El San Pablo Burgos prescindió de Encinas después de una victoria -en la prórroga contra el Cáceres- y con un balance de 19-8. Cosas de ricos, pensará el OCB. La mala noticia es que en Burgos imperó la lógica y ganó el favorito. La buena es que el Alimerka Oviedo se lo podía permitir. Con uno de los presupuestos más austeros de la categoría, el equipo de Oviedo está a una victoria -o a una derrota del Amics Castelló, que visita mañana al colista Clavijo- de abrochar su continuidad por duodécima temporada consecutiva en la Leb Oro. Casi nada.

Mediado el primer cuarto, con el Alimerka cinco puntos abajo (16-11), Javi Rodríguez detuvo el partido. Era sencillo intuir lo que se venía: una señora bronca. Igual que en el resultado, se cumplieron los pronósticos. Rodríguez, cabe suponer, afeó con vehemencia a sus jugadores la laxitud en la defensa de las esquinas, castigadas por los triples de Jiménez y Vene, la inoperancia en la transición ataque-defensa y la desprotección de la pintura. 

Lo cierto es que el receso no espabiló al Alimerka. Hall sustituyó a Hugo López, cargado con dos faltas. El interior norteamericano insinuó un cierto impacto inicial, con una canasta de media distancia y un tapón -seguramente ilegal-. Pero, preso de su impulsividad habitual, no tardó en cometer un par de faltas. El San Pablo, a lo suyo, continuó martilleando desde el triple. Hasta Kasibagu, interior enérgico de muñeca roma, dejó su muesca. Cuando se quiso dar cuenta, el OCB había encajado 29 puntos en diez minutos y perdía por 13.

Álex Barrera, otra vez desde la dichosa esquina, estiraba la diferencia hasta los dieciocho puntos en el amanecer del segundo parcial. Tiempo muerto de Javi Rodríguez. El día de la marmota: a la salida del parón, triple de Rogic. El OCB no tenía defensa y no tenía a Horton. El base nortamericano tuvo hoy uno de esos días. Los equipos, dicen, se parecen a sus líderes. A Horton, capaz de lo mejor y de lo peor, le tocó naufragar en una tarde en la que no era imperativo llegar a puerto. Un tramo de lucidez en el tercer cuarto adecentó su hoja estadística (acabó con siete puntos), pero cabe apuntar en su cuenta el apagón ofensivo que condenó al Alimerka en el segundo cuarto. Pese al afán de Martí y Cosialls en la defensa de la pintura, otro par de triples de Vene dejaron el partido visto para sentencia al descanso: 49-28.

Al OCB pareció entrar bien en la segunda parte, espoleado por la energía de Hugo López, capaz de amenazar por fuera con un triple y al tiempo de provocar una falta tras capturar un rebote ofensivo. Aunque Fischer, una tortura para el Alimerka, siguió castigando por dentro (se fue hasta los 17 puntos), Horton amenazó con despertar y clavó un par de triples que redujeron la diferencia a 15 puntos (56-41) en el ecuador del penúltimo parcial. Y hasta ahí llegó el Alimerka. Horton falló un par de tiros, Stuckman perdonó dos triples. El San Pablo, que se sabe un equipo grande, se lanzó sin piedad a la yugular en un contundente “rush” final de cuarto: bandeja de Rogic, canasta tras robo de Lapornik y mate de Ristic para dejar el asunto zanjado: 65-47.

El último cuarto, un trámite, apenas sirvió para que Marc Martí, excelso ayer en el Coliseum, profundizase en su lección de juego de pies en el poste: el capitán, con 20 puntos sin fallo en el tiro, constató que sus problemas físicos recientes son ya cosa del pasado. No es cosa menor. Al final, el Alimerka cayó por menos de 20 (87-68) y sigue en la pomada por un play-off del que le separa apenas una victoria. La cosa, francamente, no tuvo nada que ver con el partido de Pumarín, en el que el OCB, aquella vez sí, contradijo los pronósticos e inauguró el curso dándose un homenaje (75-71). No todos los días son fiesta, y menos en la muy puñetera LEB Oro.