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El Sporting dice que Femenías provocó antes de ser agredido y el Oviedo defiende que "están desquiciados"

El relato de lo sucedido en el césped comienza con el pitido final y se sitúa en tres zonas distintas del campo: el área de la portería que está en el Fondo Norte, la mitad de campo que mira al Fondo Sur y delante del banquillo rojiblanco

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EN IMÁGENES: Así fue el derbi asturiano en El Molinón que acabó en bochorno

El bochorno sobre el césped duró poco más de un minuto. Tiempo suficiente para que las imágenes llegasen a todos los rincones de la España futbolera en horario de máxima audiencia. Un auténtico sonrojo con empujones, insultos, gritos y una agresión a Femenías, rodeado por ocho jugadores del Sporting y socorrido por el Cuco Ziganda.

Es la postal del derbi asturiano, que acabó con victoria azul (0-1), trifulca general y versiones contradictorias sobre lo sucedido. El ambiente sigue caldeado. Las imágenes de televisión dejan a las claras la agresión al meta oviedista por parte de Christian Rivera y Berto, que ayer pidieron disculpas por su actitud y se exponen a sanciones. En el resto hay interpretaciones y una certeza: los dos equipos más grandes de Asturias vuelven a estar más alejados que nunca.

Lo que pasó en el césped

El relato de lo sucedido en el césped comienza con el pitido final y se sitúa en tres zonas distintas del campo: el área de la portería que está en el Fondo Norte, la mitad de campo que mira al Fondo Sur y delante del banquillo rojiblanco. Sucedió así. Los jugadores del Oviedo saltan de alegría y el Cuco se abraza con su segundo entrenador, Bingen Arostegi. Los futbolistas azules se tiran por el suelo eufóricos y avanzan poco a poco hacia el Fondo Sur de El Molinón. Villalba echa a correr en dirección a ellos. Sangalli celebra la victoria y se lleva la mano al brazalete de capitán con un gesto de rabia. Villalba choca contra él, Borja Sánchez lo para y lo intenta sujetar. Mientras tanto, en el otro lado del campo, hasta ocho jugadores del Sporting rodean a Femenías, que soporta varias agresiones. Son Borja López (el primero en llegar), Berrocal, Nacho Méndez, Gaspar, Guille Rosas (sin convocar), Pablo García, Berto y Christian Rivera. Berto le tira dos patadas que no llegaron a impactar en el meta y Christian Rivera le propina un golpe en la cara con la mano e intenta otros dos. Cuco Ziganda aparece a la carrera para defender a su jugador. El rojiblanco Gaspar, que había ido directo a recriminar a Femenías, le intentó separar de sus compañeros justo antes de que llegase el Cuco. Un par de antidisturbios llegan a la zona. Femenías ya está a salvo. El árbitro recogió todo en el acta y las imágenes fueron retransmitidas en directo ante la incredulidad general. Al mismo tiempo sigue el otro conato, el más numeroso, en la otra mitad del campo. Aparece Djuka, que va a por Sangalli, centro de las iras de los jugadores del Sporting desde su celebración.

Mario Cotelo, delegado rojiblanco, les separa. Martí le había indicado pocos segundos antes que fuese a poner paz. Se forma un gran barullo. A la trifulca llegan Jony, vestido de calle; Ramírez, y más suplentes del Sporting. El de Cangas se dirige a Christian Fernández y a otros jugadores azules. Djuka se encara con Montiel, que estaba separando y también vestido de calle. Christian se ríe mientras se echa para atrás. Llega un miembro del cuerpo técnico del Sporting, que se intenta llevar a Djuka. Mientras tanto, compañeros del Sporting zarandean a Jony para sacarlo de la melé. Cotelo habla con Sangalli, alejado ya del tumulto. Babin aparece entonces en escena, se va directo a por Tarín y le empuja. Este hace gestos de no entender nada. Babin le coge por el cuello y Cornud le quita la mano. Hay miembros de seguridad cerca y un asistente arbitral observando toda la escena. Mariño les dice a sus compañeros que se vayan, desesperado.

Mientras tanto, policías nacionales discuten con jugadores del Sporting y con miembros del cuerpo técnico en la otra mitad del campo. Ahí se sitúa el otro punto conflictivo. Todo sucede a la vez. Un agente empuja por detrás a Borja López, que previamente había ido a por Femenías. Jorge Sariego, entrenador de porteros del Sporting, recrimina al citado agente por su actitud. En la escena también está Aitor García, que toca por detrás a un antidisturbios, que se gira y le golpea levemente con su escudo. Cristian Rivera se encara con un antidisturbios y le hace gestos de que se vaya. En ese momento el Cuco sigue protegiendo a Femenías, mientras el gran tumulto que se inició cerca del Fondo Sur se va apaciguando. Mier indica a sus compañeros que se vayan a celebrar a la otra mitad de campo, hacia el Fondo Norte. Le hacen caso. Los jugadores del Oviedo atraviesan caminando el centro del campo, ya en paz. Christian enseña su camiseta al estadio y todos se van a la esquina del Fondo Norte a celebrar la victoria con los escasos aficionados del Oviedo que hay allí.

Lo que pasó en el túnel de vestuarios

Después, el conflicto sigue en el túnel. Los jugadores se vuelven a enzarzar. Dentro del acceso de los vestuarios, el servicio de seguridad del Sporting, empresa subcontratada, no da abasto a la hora de separar jugadores e intentar evitar más incidentes. Es el momento en el que se requiere la presencia de la Policía Nacional. Allí vuelve a producirse una nueva trifulca, con varios jugadores muy alterados. Según varios testigos, Jony y Eric Ramírez son los más molestos con los jugadores del Oviedo. Se procede a que cada equipo se introduzca en su vestuario para evitar nuevos incidentes. El Oviedo celebra la victoria y el Sporting se lamenta. Una hora después, la expedición azul abandona El Molinón.

La versión del Sporting y las horas posteriores. Ya en frío, con las pulsaciones bajas, uno y otro bando no se ponen de acuerdo sobre lo sucedido y sus motivos. La versión del Sporting es que el Oviedo encendió la mecha, con una celebración que consideran excesiva, mirando además hacia los aficionados que se ubican en el Fondo Sur. Así lo dijo Babin tras el partido. También Martí lo dejó ver. Consideran que hubo un exceso de euforia azul, lo que desencadenó el tumulto principal. Respecto a la agresión a Femenías, los jugadores directamente implicados se disculparon, aunque la versión gijonesa apunta a que las tiranteces con el portero ya vienen de situaciones anteriores. Además, desde el Sporting se acusa al portero de girarse hacia los aficionados rojiblancos situados en el Fondo Norte, a los que les gritaría, siempre según la versión rojiblanca: “¡Os jodéis, os jodéis!”. La plantilla del Sporting, una vez en paz, se fue de El Molinón y muchos aficionados increparon a la salida a los jugadores. Un hincha rojiblanco le dio una patada al coche de un miembro del equipo y la Policía lo retuvo.

La versión del Oviedo y las horas posteriores

A 28 kilómetros, en Oviedo, cunde la indignación con el Sporting y la incredulidad con lo sucedido. Entre bambalinas, dirigentes y jugadores rechazan de forma tajante que hubiese provocación alguna. Tampoco de Femenías, sostienen. Según su versión, el meta azul festejó la victoria sin dirigirse a ningún aficionado y fueron los rojiblancos los que llegaron por la espalda. “Celebramos la victoria de forma normal”, asegura un jugador, ya en frío. La plantilla azul considera que los futbolistas del Sporting, presionados por su público, pagaron su mal perder con los jugadores del Oviedo. “¿Dónde querían que lo fuésemos a celebrar? Si no dejaron entrar a nuestra gente”, se pregunta un jugador carbayón. Un dirigente, pasadas las horas, decía que el problema es que el Sporting está “desquiciado y fuera de sí con el Oviedo en los últimos meses”. Fuentes del club azul, además, ponen el foco en el coach del Sporting, Joseba del Carmen, que según dicen tuvo protagonismo en una de las tanganas. Los miembros de la delegación carbayona aseguran que llegaron a pasar miedo y se metieron rápido en el vestuario para celebrar la victoria y luego partir a Oviedo, donde fueron recibidos por todo lo alto.

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EN IMÁGENES: Así fue el derbi asturiano en El Molinón que acabó en bochorno MARCOS LEON / JUAN PLAZA

Las agresiones, noticia incluso en Inglaterra


Los incidentes del derbi asturiano fueron noticia a nivel nacional durante todo el fin de semana. El foco estuvo en las imágenes de la agresión a Femenías, meta del Oviedo. “Bochornoso final en el derbi entre Sporting y Oviedo: ¡a golpes con el meta Femenías!” fue el titular en la versión digital de “Marca”. El diario “As” calificó lo sucedido de “macarrada”, en referencia a los golpes sufridos por Femenías. “El derbi asturiano, marcado por una fuerte tangana”, fue el titular escogido por “Sport”, diario deportivo de Prensa Ibérica Media, mismo grupo editorial que edita LA NUEVA ESPAÑA. “Mundo Deportivo” recalcó las “tanganas, golpes y dos expulsiones locales al final del derbi asturiano”. Lo sucedido en el derbi asturiano también tuvo espacio en los medios extranjeros. El “Daily Mail” señaló que “los jugadores del Sporting de Gijón atacan al portero del Real Oviedo, Joan Femenías, en unas impactantes escenas en el tiempo de descuento tras el tenso derbi asturiano de la Segunda División española”.

VÍDEO: Así fue el recibimiento en Oviedo a la plantilla tras vencer en el derbi

VÍDEO: Así fue el recibimiento en Oviedo a la plantilla tras vencer en el derbi X. F.

Euforia azul tras el derbi: “Vamos a ascender”


Unos mil seguidores del Oviedo acudieron a medianoche al Tartiere tras el derbi y esperaron en la rampa del parking a los jugadores azules a su llegada de El Molinón. Los hinchas, con bengalas y petardos, hacían tiempo cantado mientras la Policía controlaba la zona. El autobús llegó y se desató la locura. No se quedó ahí, ya que los jugadores salieron del autobús, subieron la rampa y empezaron a botar y a cantar con los aficionados. “Sí, se puede” y “vamos a ascender” fueron los cánticos más repetidos. Los jugadores estuvieron unos minutos en la rampa, se fotografiaron todos juntos y después salieron cada uno en su vehículo, tocando el claxon y cantando con los hinchas. El último en salir fue el entrenador del Oviedo, en medio de una euforia descontrolada. Los aficionados golpearon su coche mientras él alucinaba. Una vez pudo salir de la rampa, muchos le persiguieron, corriendo, mientras les daban las gracias por ganar el derbi. El Cuco, que iba hablando por teléfono con su mujer, no se lo creía.

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