El calendario futbolístico tiene unos recovecos inesperados. Al Sporting, por ejemplo, le toca afrontar la semana más corta de la temporada, pero a la vez la más intensa. Después del duelo ante el filial sevillista del sábado, los rojiblancos de Paco Herrera se ven hoy ante la Cultural Leonesa, nueva en la plaza pero con una marcha envidiable y con un fútbol que está llamando la atención. Y después, el viernes, que está ahí mismo, la recepción del Huesca de Rubi, que está haciendo una Liga envidiable y que aparece como una gran amenaza. Habíamos soñado con la semana de los nueve puntos, pero la evolución de los acontecimientos está poniendo esa cota muy arriba, llena de dificultades para un equipo que se ha quedado sin Santos por lesión tras la alevosa entrada del portero visitante, que se ha ido con una única tarjeta amarilla en una de las decisiones arbitrales más escandalosas de todo lo que va de temporada. Misterios del colectivo.
Mientras, distinguido público, hoy es martes, aunque esto siga sin ser Bélgica. Y no se han borrado las imágenes de los fallos en los lanzamientos desde los once metros del Sporting, al que ha acompañado el Cádiz, nada menos que con David Barral como actor principal. Al Cádiz también le señalaron dos penaltis a favor, que fueron tres porque el segundo hubo de repetirse por decisión arbitral. El primero lo falló Aitor, pero los dos fallos siguientes fueron cosa del exrojiblanco, cuya cara denotaba pánico. A base de penas máximas, que están abundando, hay equipos que avanzan mientras que otros se quedan.
Martes y viernes son los días hábiles para este Sporting, que pasa hoy una gran prueba ante uno de los rivales que mejor juego hacen. El partido, distinguido público, llega al día siguiente de la visita de España a Israel, rival gijonés en su día que dio más disgustos que alegrías por algunos empeños en colocar a los israelitas en el bando de los diablos. Mondo cane.
En otros territorios, por ejemplo en Barcelona, echan cuentas sobre lo que les puede pasar si Messi no va al Mundial. Temen un hundimiento psicológico del fenómeno argentino, que no acaba de enderezar el juego de su selección. En el Barcelona no piensan en lo que puede significar para el fútbol la ausencia de Messi en Rusia, se conforman con echar las cuentas propias, no sea que el jugador se enfade más de lo que está y lo paguen los altos intereses azulgranas, metidos en un buen laberinto.
Por cierto, si pregunto, ¿molesto?: ¿cómo le cayeron a Esuperio los invitados que anoche llevó a su plató el exdirector de comunicación del Sporting Manfredo Álvarez, que triunfa en su vuelta a la pantalla? Próxima parada, Capuchinos.
