La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José A. Ordóñez

"Lo que hay", la opinión tras el Oviedo-Ponferradina

El Oviedo confirma que su meta es atar la permanencia sin sufrir demasiado y definir el objetivo para la campaña que viene, sobre la base de que este equipo no da para mucho más

Edgar, ayer frente a la Ponferradina

El decepcionante partido ante la Ponferradina confirma que este Oviedo da para lo que da, que es más bien poco: mantenerse en la parte media baja de la tabla a base de empates y mirando de reojo al descenso para evitar unos problemas que no son descartables si los de Ziganda salen escaldados de Alcorcón y Castellón. Llega el mes de abril, cuando los que de esto más saben aseguran que están definidos los objetivos de cada cual. Los del Oviedo son bien tristes, seis años después del regreso al fútbol profesional, y deberían generar una profunda reflexión sobre las renovaciones de cara a la temporada que viene. También sobre la extravagante -por así decirlo- política de fichajes perpetrada por la dirección deportiva para una campaña que ahonda en la desilusión de un oviedismo siempre ejemplar y que se merece mucho más que ver al primer equipo decimocuarto en Segunda, al Vetusta descendido (de momento, una categoría) y al juvenil luchando por no bajar.

Lo visto ayer en el Tartiere supone una prueba más de que lo que hay no sirve si el club quiere de verdad, y no de boquilla, aspirar a algo más que a consolidarse como una medianía de Segunda.

El partido ante esta admirable Ponferradina, un club que con bien poco sí es capaz de luchar por el play-off, supuso un ejercicio más de impotencia de un Oviedo al que le cuesta un mundo ganar. Y no es extraño que le suceda esto a un equipo muy limitado en calidad y cuya delantera se ve incapaz no ya de ver puerta de vez en cuando, sino de generar alguna ocasión clara ante la meta contraria, de ofrecer un mínimo destello. A salvarse cuanto antes. No hay para más.

Compartir el artículo

stats