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La Supercontradicción: así nació y murió la Superliga

El presidente del Real Madrid, Florentino Pérez EFE

Han pasado siete días, se han borrado casi todos, incluso JP Morgan ha admitido que ha sido un “error” y Florentino Pérez, como buen capitán, no se baja del barco. “JP Morgan y los clubes se han dado un tiempo de reflexión...”, dijo ayer el presidente del Real Madrid y ¿todavía presidente de la Superliga? Hoy se cumple una semana del nacimiento del que probablemente sea el proyecto futbolístico más corto de la historia.

Venía para cambiar el deporte rey, iba a ser como la NBA, pero en Europa, y marchó como aterrizó: sin que el balón llegase ni a rodar. No tuvo ni árbitros. Solo se sabía, o eso dijeron, que generaría mucho dinero para los ricos, y que algo le caería a los pobres de rebote.

Sea como fuese, duró menos de 72 horas y además dejó cierto deje de chapuza entre directivos con fama de serios y formales. “Probablemente no nos explicamos bien”, repite y repite ahora Florentino Pérez, que sigue incansable de tournée en diferentes medios de comunicación, debutó en “El Chiringuito”, explicando el desastre para disfrute de sus detractores, que han encontrado en el sainete de la Superliga la perfecta excusa para atizar al empresario y siguen sus comparecencias pegados al televisor.

De momento, el mundo del fútbol sigue presenciando los acontecimientos y reacciones a la fracasada creación de una Superliga. Reacciones que han ido perdido fuelle con el paso de los días y que han dejado estampas impensables. A vuelapluma: Barcelona y Real Madrid, antaño enemigos, unidos como uña y carne en busca de millones; el Atlético, que se vende como el equipo del pueblo, aguardando hasta el final para decir adiós a un club de ricos al que se entra por invitación; Tebas, que tuvo entre ceja y ceja trasladar un partido de la Liga a Miami, abrazando el fútbol tradicional y alzándose como defensor de los aficionados y Piqué, que cierra contratos con Rakuten y compra plazas en Segunda B para su Andorra al tiempo que planifica la Copa Davis, atizando al torneo y tirando de romanticismo (en Twitter) una vez que la Superliga ya era carne de meme.

Echar la vista atrás y realizar una “supercronología” lleva al pasado domingo. A primera hora de la tarde, la bomba se filtra. En realidad, en los altos despachos del mundo del fútbol ya se sabía bastante antes. El anterior jueves fue Laporta el que se pasó de transparente con Tebas y le cascó todo el plan en una comida. El presidente de LaLiga llamó inmediatamente a su homólogo en la UEFA, Aleksander Ceferin. Ahí se empezó el “contragolpe”. Si la comunicación falló en la Superliga, también el “timming”. Porque los comunicados en contra de la Superliga de la Premier, la Liga o la UEFA, se publicaron antes incluso que el propio anuncio de la nueva competición, que vio la luz en la madrugada del domingo. Directivos acostumbrados a no trasnochar, mandando mensajes de madrugada a tutiplén.

El lunes es sin duda el día más intenso, con una catarata de reacciones en contra que va desde los clubes, la FIFA, la UEFA, pasando por Boris Johnson o el Príncipe Guillermo. Poco se sabe, en cambio, de los doce equipos que forman la Superliga: Madrid, Barcelona, Atlético, Juventus, Milán, Inter de Milán, Manchester City, Liverpool, Manchester United, Tottenham, Arsenal y Chelsea.

Es Florentino Pérez, enfurruñado, el que aparece en “El Chiringuito” para vender un proyecto que a priori debe ser ilusionante para los aficionados. “Venimos a salvar el fútbol”, repite el presidente, que en cambio no fue capaz de concretar qué equipos participarían en el torneo en base a sus méritos deportivos ni que méritos deportivos serían esos. Florentino vendió ruina, y en ruina acabó su proyecto. Porque es el martes cuando la muerte final se empieza a gestar. Primero, con filtraciones. Que si el Chelsea se lo piensa, que si el City no lo ve claro...Guardiola es de los primeros que dice abiertamente que eso de la Superliga no lo ve. Florentino, en otra entrevista con “L`Equipe”, dice que no le preocupa que haya abandonos, pero lo cierto es que se vio obligado a cancelar la enésima entrevista debido a todo el ruido, que acabó siendo real. Porque en la madrugada del miércoles empiezan a caer los equipos. El Chelsea, cuyos aficionados se manifestaron en contra del torneo, se baja del barco. El resto de equipos ingleses le siguen en oleada. Ya no hay tu tía. El miércoles por la mañana es el Atlético el que dice adiós. Le imitan el Milán y el Inter. Quedan tres: Barcelona, Real Madrid y Juventus, aunque Florentino Pérez sigue optimista. Dice que las marchas se deben a la “presión” y que muchos de los directivos son “personas mayores”.

“La Superliga está ahora en ‘standby’. Se va la mitad porque estaban cansados de todo lo que se ha dicho en las últimas 24 horas. Estamos todos juntos, y el Barcelona, reflexionando sobre el proyecto. Nadie ha pagado la penalización así que estamos todos. Lo fundamental es que los partidos tengan la atención de todo el mundo y sobre todo de los jóvenes, porque los jóvenes ya no ven el fútbol”, declara en “El Larguero”, donde repitió una y otra vez los veinte años que lleva en el mundo del fútbol. Al día siguiente, el Barcelona salió de la madriguera. Primero fue Laporta, con unas tibias palabras, y luego el club, que parece resignado, aunque defiende que “hubiese sido un error histórico no entrar”. JP Morgan, el que iba a poner el dinero, también se retracta. En el escenario se queda Tebas, que hoy y ahora sigue riéndose de la jugada. Florentino, de momento, le aguanta el pulso: “Necesitamos dinero…”.

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