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José Víctor Fernández

Inolvidable Santana

Ante el fallecimiento de uno de los pioneros del tenis español

Caramba, Manolo. Vaya sorpresa, y vaya golpe inesperado, aunque siempre fuiste maestro en golpes inesperados. Sin respuesta posible, y este lo es. Te has ido, dejando tu increíble trayectoria, la de los pioneros del deporte de élite en España… Bahamontes, tú, Severiano, Ángel Nieto, Paquito Fernández Ochoa… y los que la memoria de cada uno que peine canas quiera añadir. Todos aquellos que subieron peldaños deportivos en aquella España subdesarrollada (también deportivamente) de la segunda mitad del siglo XX.

Inolvidable Santana

Nos llevaste a aquellas vigilias de madrugada en los partidos de las finales imposibles de las Davis en Australia, con los comentarios de Juan José Castillo (entró, entró) en la TVE en blanco y negro. Ganaste los partidos que pudiste ganar sobre unas pistas de hierba que estaban en las antípodas de una España huérfana de esas superficies. Se perdía porque era imposible e impensable ganar, pero nos diste alegrías de triunfos individuales y luego nos resarciste en Wimbledon, donde te coronaste rey ante los duques de Kent (luego llegarían Conchita y Nadal, bastante después). Y también en algún Godó, en Roland Garros, en el Grand Slam de USA. Qué barbaridad en aquellos años. Cuánto ha cambiado este país, para bien, en todo este tiempo en tantos campos. Gracias a los pioneros como tú.

Otros recuerdos, más domésticos, nos llevan a alguna final del Masaveu frente al emergente Orantes, donde el granadino empezaba a marcar el tiempo del relevo en la cima del tenis español. Perdiste, lesión mediante, dejando golpes memorables sobre la tierra batida ovetense. Gracias por todo. Inolvidable Santana.

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