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José Enrique Cima

La opinión sobre la segunda etapa de la Vuelta a Asturias: Igual que Indurain

A todos los rivales les asustó que Simon Yates, que dio una exhibición el día anterior en Pola de Lena, se fundiera ayer en un puerto largo, que también le viene bien, y cediera más de 11 minutos. Esto no es quitar mérito a Sosa, triunfador de la jornada, que respondió a su condición de escarabajo.

Esa es la grandeza del ciclismo: uno que parece que va a arrollar, de repente falla y se queda sin fuerzas al otro día. Si hacemos historia en ese mismo terreno de Aristébano desfalleció Miguel Indurain, que venía de arrollar en el Giro en 1993 y llegó a los Valles Mineros para triunfar a lo grande. Hizo como Yates, poner a su equipo a tirar a tope y cuando llegó la última subida, la Casa del Puerto, Miguel se hundió y llegó entre los últimos acompañado de su hermano Prudencio.

Aquella pájara dio la vuelta al mundo porque mucha gente y rivales esperaban que “El Extraterreste” fallara también en el Tour. No fue así porque Indurain ganó también en Francia, pero también al día siguiente de la pájara ganó la etapa de los Valles Mineros.

Campeón no es aquel que triunfa, sino el que después de ganar y desfallecer, vuelve a levantarse y ganar. Como hizo Indurain. Ahora hace falta ver la reacción de Simon Yates, no ya para ganar esta Vueltina, sino para dejar constancia que llega bien al Giro porque lo de ayer en El Acebo puede crear dudas. Así que hoy veremos otra gran batalla donde el Movistar querrá controlar y Sosa vigilar a Fortunato en la subida al Violeo. El tirón de orejas que Chente García le dio a Sosa por precipitarse en Carabanzo hizo su efecto en El Acebo.

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