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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: Una de porteros

Uno de los pequeños flecos que le quedan a azules y rojiblancos antes de arrancar la temporada es decidir quién será su guardameta titular

Femenías, en El Requexón MIKI LOPEZ

Se acerca la hora de la verdad y los dos grandes de la madreñina afilan sus garras para afrontar una competición que se avecina raruna por eso de que en pleno frío (o vaya usted a saber qué nos toca con esto del cambio climático) se vaya a jugar un Mundial al mismo tiempo que la Segunda División. Pero antes quedan pequeños flecos, que dirían los cronistas especializados en el señor Mercado. Uno de ellos es saber quién va a ser el portero titular en uno y otro bando.

En Gijón, la temporada pasada acabó jugando Cuéllar, relegando al banquillo a Mariño, uno de los únicos fijos en las últimas temporadas. De momento, aunque uno y otro se han ido alternando en los partidos de pretemporada, parece que la cuestión va a seguir igual, sin descartar que se pueda producir una sorpresa de última hora y que el gallego haga las maletas si no lo ve claro.

A 28 kilómetros el debate de la portería viene de lejos. Desde el celebrado ascenso de 2015, los guardianes bajo los palos azules han ido variando por cuestión de gustos, críticas y tal y tal. La salida de Femenías hacia otras latitudes reabre la vieja cuestión, que ahora tiene dos nombres: Quentin Braat, el último servicio a la causa de Rubén Reyes, o Tomeu Nadal. Le toca elegir a Bolo, y al que salga "derrotado", esperar su momento. Es lo que tiene el complicado oficio de portero, donde las rotaciones casi no existen. Por lo demás, se acaba julio: unos suben la persiana y otros la bajan hasta nuevo aviso, ¿oyisti, güey?

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