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Antonio Rico

Fútbol es fútbol

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La opinión de Antonio Rico: Cómo no ahogarse en el barro

Sobre las vejaciones a Vinicius en el Metropolitano

Cuenta Esopo que, en una ocasión, un acemilero suplicaba a Heracles para que lo ayudara a sacar a uno de sus burros que se había atascado en el barro. El acemilero suplicaba, y suplicaba, y suplicaba, pero no hacía nada para intentar sacar al burro. Heracles, harto de tanta súplica y tan poca actitud, exhortó al acemilero a que intentara sacar él mismo al burro del barro al mismo tiempo que suplicaba su ayuda. También se cuenta que un ateniense rico estaba navegando y una fuerte tempestad hizo que el barco volcara; todos los demás navegantes se pusieron a nadar, pero el ateniense se limitó a invocar a Atenea prometiéndole mil cosas si sobrevivía. Uno de los que había naufragado y que estaba nadando a su lado le dijo: "Cuenta con la ayuda de Atenea, pero mueve también las manos y nada". Bien. ¿A quiénes se parecen los dirigentes futboleros y, en especial, los dueños del Atlético de Madrid? Al acemilero y al ateniense rico.

Llevamos años escuchando los ruegos de toda esa gente con corbata que dirige el fútbol para que los aficionados seamos buenos y no toleremos actitudes racistas y xenófobas. Años y años de súplicas de acemileros asustados porque el burro estaba atascado en el barro de aficionados horribles, gritos intolerables en las gradas, actitudes repugnantes con futbolistas negros (de los equipos rivales) y mala educación general. Años y años y años confiando en Atenea para que expulse de los estadios a tanto energúmeno faltón, ignorante, grosero y papanatas que sabe que todo vale cuando está respaldado por una camiseta del equipo adecuado. No al racismo. Vale. No a gritar "mono" a Vinicius. Vale. No a los insultos desquiciados, a la barbarie moral de tanto aficionado orgulloso de ser "ultra", al odio expresado de palabra, obra y omisión. Vale. Pero Heracles no puede ayudarnos y Atenea está harta. No es suficiente con pedir ayuda a Heracles mientras el burro sufre en el barro. Hay que ponerse manos a la obra y tirar del burro. No basta con pedir la ayuda de Atenea mientras nos hundimos. Hay que mover las manos y nadar.

¿Se puede identificar a todos esos tipos que insultaron a Vinicius? Supongo que sí. Heracles y Atenea sugerirían la retirada de los carnés (y no se les devuelve el dinero), prohibición de la entrada a los estadios, multas, asignatura de Educación para la ciudadanía en las aulas y Educación para la Futbolería en los patios de los colegios. Y algo más. Si el Ministerio de Igualdad puede utilizar en una campaña publicitaria las palabras de El Fary sobre el "hombre blandengue" para proponer otra forma de ser "hombre", entonces la Federación Española de Fútbol, la Liga, el Consejo Superior de Deportes o la Asociación de Profesores de Filosofía pueden utilizar las imágenes de los que insultaron a Vinicius para proponer otra forma de ser futbolero y ciudadano. ¿A quién le gustaría ver a su hijo o hija formando parte de esa masa devoradora que odia a un futbolista negro (del equipo rival) porque, al parecer, le gusta bailar cuando marca un gol? Heracles era un semidiós capaz de grandes hazañas, pero contener la barbarie racista que estalla alrededor del fútbol con cualquier excusa (por ejemplo, un baile) está más allá de los poderes del héroe que mató al león de Nemea y a la hidra de Lerna. Podemos confiar en Atenea, pero más vale que aprendamos a nadar si no queremos ahogarnos en el barro.

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