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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

La opinión sobre la salida de Vallina del Real Oviedo: La cirugía láser de Pachuca

Vallina ya historia de la casa azul víctima de la "crisis del trastero"; comienza ahora la carrera, no se sabe si hacia el infierno o hacia la gloria, por cubrir los huecos que están quedando libres

El Cuco Ziganda con Jorge Menéndez Vallina MIKI LOPEZ

Jorge Menéndez Vallina ya es historia en la casa azul. Los que saben de esto ya decidirán si de la buena, de la mala o de la de ni frío ni calor. El que fuera el presidente de Carso ha sido invitado por la nueva propiedad del Real Oviedo a entregar armas y pertrechos y a abandonar la primera línea de la entidad. La postura crítica de la masa social más joven y más activa en los cibermundos de Yupi ha hecho su efecto, y el amigo del alma de Arturo Elías ya es uno más en la lista de "bajas" que se han producido tras el cambio de cromos entre Carso y Pachuca.

La "crisis del trastero" y los posteriores cánticos contra él en el Tartiere han acabado siendo el "Watergate" de Vallina, que, al contrario que Nixon, no dejará la ciudad subiéndose en un helicóptero haciendo el símbolo de la victoria. Y es que el bisturí láser de Pachuca sigue funcionando.

La política del grupo empresarial que lidera Jesús "Chucho" Martínez ha sido la de ir deshaciéndose poco a poco y no de golpe de las caras visibles del anterior régimen. Algo lógico y normal en cualquier empresa en cuanto a los altos ejecutivos se refiere. Federico González, David Mata, Vallina, Bolo, Tito Blanco... La cosita va tomando forma. Ahora queda por ver si habrá más cirugía láser y si los que aún siguen del anterior consejo están bien amarrados a la silla. Si fuera por el frente de juventudes, alguno seguiría los pasos de Vallina, que ya anuncia que no volverá al palco y que regresará a la grada de sus amores.

Comienza ahora la carrera, no se sabe si hacia el infierno o hacia la gloria, por cubrir los huecos que están quedando libres. Se disparan los rumores, se multiplican los ofrecimientos y tal y tal. Ya saben, queridos amiguinos y amiguinas, un clásico en las luchas de poder desde que a uno de nuestros antepasados le dio por dominar el fuego, ¿oyisti, güey?

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