Opinión | Entre líneas

"Ya lo decía yo"

Sobre lo del Oviedo el pasado sábado y las metas del equipo a corto plazo

Crear es siempre mucho más difícil que destruir. Generar algo grande suele ser fruto del buen trabajo diario, de la dedicación, del entusiasmo, de la suerte y de muchos factores mas, controlables o no. Y por supuesto, de antes haberlo visualizado. Nada de lo anteriormente citado te garantiza el éxito. Es más: posiblemente, lo que más te acerque al mismo, sin asegurarlo, sea el potencial económico. Especialmente en el deporte y más concretamente, en la Segunda División del fútbol español, donde más de la mitad de los equipos participantes, en pleno verano, tienen el objetivo común de posicionarse para el asalto a la élite futbolística de nuestro país. Y de perras, como decían nuestros abuelos, no estamos sobrados, aunque también es cierto que cualquier tiempo pasado fue peor.

Llegaba el Oviedo al Tartiere el sábado con una trayectoria reciente no tan inmaculada como la que nos tenía acostumbrados y tras una primera parte de atasco con derrota parcial. Algunos ya daban por imposible la pelea por los puestos altos, pese a que el equipo viene dando muestras habitualmente de que jugando como local es muy fuerte y suele acabar bien los partidos. Creo que el equipo no tuvo su mejor tarde, que no encontró la fluidez deseada, que hubo errores defensivos que estuvieron cerca de pagarse y que, en buena medida, la efectividad en área rival pudo subsanar. Crear fútbol es mucho más difícil que destruirlo y genera incomprensión cuando no se consigue, pero el equipo tuvo paciencia y fe.

El Oviedo mereció ganar, porque si hubo un equipo que intentó crear, ese fue el carbayón. Los levantinos, bien plantados defensivamente, explotaron un balón parado para adelantarse sin merecimiento y el casi único tiro a portería en la segunda, con error defensivo local, le volvía a dar la posibilidades de puntuar en el fortín azul. Victoria y varios tropiezos de los aspirantes a todo que nos dejan a un punto del play-off , a cinco del ascenso directo y la confirmación de que el Leganés perdió su colchón de puntos y es ya uno más en la pelea. Trece partidos para el final y todo al alcance de muchos. Los pesimistas y los "haters" suelen acabar teniendo razón, cuando los objetivos son ambiciosos resultan muy difíciles de alcanzar y suelen aprovechar los momentos bajos para salir. "Ya lo decía yo", es una de las frases recurrentes. Momento de apoyar a los que están intentando crear algo mágico, nunca más cerca del objetivo en lo que va de siglo. Toca Albacete. Ganar metería al equipo en los puestos de privilegio por primera vez en el curso y conllevaría un Tartiere volcado en el posterior partido frente al Racing. Establecer pequeñas metas es el primer paso para convertir lo invisible en visible. Crear y creer están solo a una letra de distancia. Con todo, ante todo.