Opinión

Al mejor estilo de Indurain: la opinión de José Enrique Cima

Sobre el prometedor Del Toro

En su día, Miguel Indurain copió de Jacques Anquetil ser un campeón generoso, es que dejaba victorias menores a sus rivales para que todos quedaran contentos y no le vieran como a Eddy Merckx. "El Caníbal" no dejaba ni las migajas para sus adversarios. En la Vueltina, Del Toro dejó constancia que con tan solo 20 años acumula experiencias como si fuera una década mayor y, en vez de arrasar en todo tipo de terrenos, comenta que otros también son muy fuertes. Solo que una pícara sonrisa le descubre. Así, en la segunda etapa, en la meta de Ribadesella, y después de lanzar el sprint a su compañero Morgado, dejó de dar pedales para disfrutar del triunfo del portugués. Y ayer en Oviedo volvió a hacer lo mismo con el neozelandés Fischer-Blac en el sprint. Aún así, acabó segundo sin dar pedales y celebrando el triunfo de un compañero.

Fue lo mismo que pasó en la subida a El Violeo, en cuyas rampas finales atacó por detrás y alcanzó al francés Jegat y a su compañero Majka llegando con el doble de velocidad a la cima. Iba a superarles como un caza la barrera del sonido, pero cuando estaba ya por delante se dio cuenta de que podía hacer un favor dejándole la victoria de etapa al polaco y se paró. Otra prueba más fue en las calles de Oviedo cuando mandó atacar a su compañero Igor Arrieta para que ganara la etapa, pero por detrás reaccionaron y le neutralizaron en la calle Uría.

Así que prefirió hacer de lanzador del sprint para Fischer para que se llevara la etapa. Esa es la grandeza de un campeón generoso como hacían Anquetil y, sobre todo, Indurain para no enfadar a sus adversarios. Lo mejor del mexicano es que esto lo hace con solo 20 años, pero está claro que Del Toro tiene una filosofía de la vida deportiva muy generosa, aunque sea el ciclista más joven en ganar la ronda del Principado. Todo un señor, aunque aún tiene edad de crío.

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