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La patronal niega un frenazo inmobiliario en Asturias y descarta que bajen los pisos

La demanda de viviendas sigue fuerte en Asturias, las turbulencias financieras no han tenido impactos de relieve entre los promotores de la región y no hay razones objetivas para pensar en un aumento importante del paro en el sector. La Confederación Asturiana de la Construcción (CAC) transmitió ayer esos mensajes que, resumidos, vienen a decir que el Principado es un territorio ajeno al «frenazo» inmobiliario español. Lo avala, según la patronal, el estudio «Evaluación temporal de la demanda de nueva construcción en Asturias» que, por encargo de las empresas, ha realizado un equipo de la Universidad de Oviedo. Determina que entre 2008 y 2010 casi 25.000 familias del área central y hasta 36.000 del conjunto de la región tienen intención de comprar pisos o casas nuevos.

«No hay problema de demanda», a decir de Apolinar Cuesta, presidente del gremio de promotores de la CAC, así que por esa y otras razones «los precios no van a bajar». Cuesta presentó ayer el comentado estudio flanqueado por sus autores y por la plana mayor de la agrupación regional de promotores y trató de ser contundente: «La expectativa de que los precios de la vivienda nueva descenderán no es real». Es así, sostiene la patronal, a pesar de que ciertos observatorios económicos y analistas empiezan a pronosticar ya que las dificultades de las empresas para vender sus promociones terminarán por tirar de los precios hacia abajo este mismo año. Y es un diagnóstico que choca asimismo con los comportamientos que las agencias inmobiliarias están observando en los compradores: tienden a demorar su decisión precisamente por esa expectativa de una depreciación que, añadieron los promotores, puede ser creíble en el caso de los pisos de segunda mano, pero no para los nuevos. «Los precios ya son bajos en Asturias», respondió Apolinar Cuesta.

Es más, la patronal echó mano de otra de las conclusiones que se reflejan en la encuesta elaborada por un equipo de investigadores universitarios coordinado por el catedrático de Marketing Rodolfo Vázquez: «Los potenciales adquirentes de una vivienda están dispuestos a asumir precios más altos que los resultantes del estudio de 2006 y también a soportar cuotas de amortización superiores». ¿Cuánto y en qué condiciones pueden pagar esos potenciales compradores? De acuerdo con la encuesta realizada entre familias de la zona central de Asturias, el «precio máximo aceptable», lo que como mucho está dispuesta a pagar la proporción más relevante de encuestados, es ahora de 240.000 euros (unos 40 millones de pesetas). La cantidad supera en 30.000 euros (5 millones de pesetas) la que aparecía en el informe precedente sobre demanda en Asturias, el elaborado en 2006 para el período 2007-2009. Conforme a los mismos resultados, el asturiano medio que piensa en comprar piso o casa nueva en el plazo de dos o tres años está en posición de pagar una entrada de hasta 24.000 euros y de abonar al mes entre 600 y 1.200 euros para amortizar la hipoteca. Es asimismo una horquilla de cuotas hipotecarias superior a la que se dedujo de las respuestas de las familias hace dos años.

La patronal niega que haya crisis, dice estar convencida de que los asturianos siguen tan proclives o más que antes a comprar casa y, además, sus estudios de mercado apuntan que ésos compradores estarían dispuestos a gastar más dinero y a endeudarse más. Lo de la crisis inmobiliaria, dejó caer Apolinar Cuesta, es, en el caso de Asturias, más un asunto alimentado por «la fanfarria de los medios (de comunicación)» que algo real. La línea de actuación del equipo de Cuesta, también alto directivo del gremio nacional de promotores, ha sido desde hace meses la de transmitir mensajes que no aticen la desconfianza de los hogares. «Se está creando una crisis donde no existe», comentó el mismo dirigente a finales de 2007.

La Universidad de Oviedo realizó la encuesta sobre demanda de vivienda entre los meses de noviembre y diciembre del pasado año, cuando ya se daba por hecho en el mercado nacional que el «boom» de la vivienda había tocado techo y cuando el euribor se encaminaba al final del año con un nuevo aumento que encarecía las hipotecas. Pese a tal panorama general, el resumen del documento sostiene sobre el mercado asturiano: «La intención de compra (...) se mantiene prácticamente intacta respecto a la observada el año anterior. De cada cien personas consultadas en el estudio de 2006, un 14,5 por ciento manifestaba su firme intención de comprar una vivienda». Oviedo es el concejo del área central donde, según ese trabajo, mayor proporción de familias (11,1 por ciento de las encuestadas) prevé comprar casa a corto plazo.

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El estudio que periódicamente encargan los promotores asturianos a la Universidad de Oviedo se centra en la estimación de la demanda de vivienda de nueva construcción, pero toca colateralmente otros asuntos relacionados con el mercado inmobiliario. La encuesta realizada a finales de 2007 indica, por ejemplo, que el precio de los alquileres que se pagan en el área central de Asturias ha subido significativamente en el último año.

Según la información que ayer divulgó la patronal CAC, el importe medio del arrendamiento se ha situado en un poco más de 380,17 euros, frente a los 326,22 euros que arrojaba el informe confeccionado en 2006.

Es una subida equivalente al 16,54 por ciento que los empresarios asturianos del gremio de la promoción inmobiliaria asocian al menos en parte con el nuevo programa de ayudas que el Gobierno da a los jóvenes para favorecer el acceso a la vivienda. Aunque sin responsabilizar directamente a las políticas del Ministerio de Vivivienda de la evolución de los alquileres asturianos, Apolinar Cuesta, presidente de los promotores, recordó ayer que, en su momento, los profesionales del sector alertaron del riesgo de que el plan de ayudas derivara en un aumento de los precios. Fue en referencia a la llamada renta básica de emancipación, una subvención de 210 euros al mes que pueden recibir jóvenes de entre 22 y 30 años que residan en régimen de arrendamiento, que tengan trabajo y cuyos ingresos no superen los 22.000 euros anuales.

Cuesta matizó, no obstante, que las empresas y profesionales del negocio inmobiliario no se oponen a la promoción de los arrendamientos. En Asturias, recordó, el alquiler de viviendas como alternativa a la propiedad es aún un mercado muy limitado. Según algunas fuentes estadísticas, no llegan al 12 por ciento las familias asturianas que viven en casas arrendadas.

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