Madrid, Agencias

El nuevo presidente de la Confederación Española de Cajas de Ahorros (CECA), Isidro Fainé, reconoció ayer que la situación en el sector es «extrema», aunque expresó su convencimiento de que «todas las cajas tienen salida y saldrán bien». El también presidente de la Caixa sostuvo que las entidades de ahorros deben afrontar una transición para reforzar sus recursos propios, por lo que se mostró partidario de hacer un «traje a medida» para las entidades, ya sean grandes o pequeñas.

«Evidentemente, estamos en una época de vacas flacas y tenemos que buscar formas de reforzar los recursos propios para alcanzar las mayores exigencias de capital», dijo Fainé en alusión a los nuevos y más exigentes parámetros de solvencia que pronto se aplicarán al sector financiero. La posibilidad de reformar las cuotas participativas, dotándolas de derechos políticos, para que las cajas puedan reforzar su capital ha estado últimamente en el centro del debate sobre las cajas, divididas sobre una reforma en la que algunos sectores ven una puerta abierta a la privatización. Fainé respondió con prudencia ayer y señaló que es «demasiado pronto para decidir», si bien avanzó que la patronal trabajará rápido. Isidre Fainé tiene por delante también la negociación de la reforma de la ley de Cajas, en la que el Gobierno aboga por despolitizar más la gestión. El sucesor de Juan Ramón Quintás en la CECA abogó también por «acelerar al máximo» las fusiones.

Fainé estuvo ayer arropado por el nuevo consejo ejecutivo de la CECA, formado por los vicepresidentes Rodrigo Rato (Caja Madrid), Braulio Medel (Unicaja), Modesto Crespo (CAM) y Amado Franco (Ibercaja); el director general, José Antonio Olavarrieta, y el secretario, Carlos Egea (Caja Murcia).