Oviedo, Marián MARTÍNEZ

«Los griegos estamos muy disgustados y muy avergonzados. Me impresiona que comparen a España con Grecia, porque ustedes están muchísimo más avanzados y sobre todo porque será muy difícil igualar los niveles de corrupción que nos han llevado a nosotros a esta situación». Así se expresa Konstantina Anagnostou, de 29 años, profesora de español y de francés en la isla griega de Chios, a la que regresó en enero después de vivir casi cinco años en Asturias. Asegura que los ciudadanos griegos viven con «profundo dolor» los últimos acontecimientos que se produjeron en Atenas y que se saldaron con tres muertos. «La situación está francamente mal, y vamos a ir a peor. Todos pensamos que nos quedan por lo menos tres años muy difíciles», afirma.

Konstantina Anagnostou llegó a Asturias en 2002 con una beca Erasmus. Estuvo seis meses. «Me fascinó vuestra tierra y la gente tan maravillosa que son los asturianos». Año y medio después decidió regresa. «Asturias es mi segunda patria. Viví muy bien, lo pasé estupendamente y no tengo palabras para describir cómo me trataron en Ingemas y en TSK, las dos empresas en las que trabajé. Lo único que no llevaba bien era el clima».

El tono de su voz cambia cuando se le pregunta por su país. «La gente está muy asustada. Y más después de los tres muertos de Atenas. Lloramos todos porque no nos podíamos creer que hubiera pasado eso. Lloramos por lo trágico, de indignación, de vergüenza... ¿Cómo puede estar pasando esto en el país en el que nació la democracia?», pregunta de manera retórica.

Konstantina asegura que las cosas están «muy tensas», más en las grandes ciudades que en las islas. «Aquí aún no se nota mucho la crisis, pero sabemos que ahora, que ya se han aprobado las medidas de recorte, llegarán los problemas», dice.

«La culpa se le echa a los políticos, aunque todo el mundo asume su parte de responsabilidad por haber votado a quienes nos llevaron a esta situación», explica Konstantina. «Se entiende mal la corrupción tan enorme que ha habido, a dónde llevaron los políticos a este país, cómo se ocultó todo lo que se hizo y que de repente nos encontremos en una situación tan grave. Ahora dependemos de otros países para salvarnos y tenemos que pagar las consecuencias los ciudadanos», denuncia. «La gente está muy disgustada, pero aún no se ha sufrido nada. La reducción de los salarios va a ser muy importante. A los funcionarios, de dos pagas extraordinarias, les van a quitar una y media, y el salario se les va a reducir en más de 100 euros al mes», relata. «Aquí la gente se jubila con cincuenta y tantos años, y ninguno de estos pensionistas va a tener pagas extraordinarias hasta que cumplan los 60 años. Y el salario mínimo, que era de 650 euros al mes, se queda en 560», agrega.

«Es una barbaridad comparar a España con Grecia. Ustedes están mucho más avanzados en todo. Tienen industria, turismo, buenas infraestructuras, sanidad y educación, son muy organizados... Yo viví ahí y dudo muchísimo de que España pueda llegar a esta situación. De ninguna manera alcanzarán el nivel de corrupción de Grecia», sostiene.