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Vía libre a la entidad liderada por Cajastur

Caja Mediterráneo (CAM) y Caja Cantabria aprueban la cesión de poderes a la sociedad resultante de la fusión, que funcionará dentro de los plazos fijados por el Banco de España

Alicante / Oviedo,

D. NAVARRO / M. MARTÍNEZ

Los consejos de administración de Caja Mediterráneo (CAM) y Caja Cantabria aprobaron ayer la delegación de la práctica totalidad de sus facultades en el nuevo banco sobre el que se articulará el sistema institucional de protección (SIP) que han constituido junto a Cajastur y Caja Extremadura. A pesar de las dudas expresadas el pasado viernes por algunos consejeros de la CAM, que obligaron a retrasar hasta ayer la votación, finalmente tan sólo los dos representantes de los trabajadores se opusieron a la decisión. También en Caja Cantabria los representantes sindicales votaron en contra.

Éste es el trámite más importante de los que quedaban pendientes para poner el marcha el nuevo banco, al que se le está buscando nombre y que presidirá Manuel Menéndez, presidente de Cajastur. La aprobación de ayer supone dar el visto bueno a un modelo de gestión en el que las cuatro cajas de ahorros actuarán como una entidad única y que prácticamente podría constituir ya su consejo de administración. Fuentes del sector coincidieron ayer en que los trámites burocráticos que faltan, que dependen fundamentalmente del Banco de España, estarán listos el próximo mes de diciembre, para que la entidad se pueda poner en marcha con el nuevo año, como había previsto. Dicho de otra manera, Cajastur, CAM, Caja Cantabria y Caja Extremadura cumplirán con las exigencias del Banco de España de que el próximo día 24 puedan tener nombrado su consejo de administración y hacer efectiva una fusión que empezó siendo «fría» o «virtual» para convertirse prácticamente en absoluta, si no es porque cada una mantendrá su Obra Social.

El traspaso de competencias aprobado por las cuatro cajas de ahorros es mayor de lo previsto inicialmente, debido a que la complicada situación de los mercados financieros aconsejaba que el grupo empezase a funcionar ya desde un primer momento como una única empresa para reforzar la viabilidad del proyecto.

Precisamente, esta mayor cesión de poder, cuando en mayo se dijo que las cajas conservarían cierta autonomía para gestionar el negocio en sus territorios de origen, fue lo que provocó el pasado viernes que varios consejeros de la CAM exigiesen más información para votar el acuerdo. También reclamaban que se articulase algún mecanismo para integrar a los consejos de las cajas en el nuevo banco. Las críticas se diluyeron ayer. Cajastur y sus socios han llegado a estudiar la creación de un segundo consejo del nuevo banco, sin atribuciones ejecutivas, en el que se integrarían actuales consejeros de las cajas, en línea con lo que demandaba un sector del consejo de CAM.

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