El presidente de la patronal española CEOE, Juan Rosell, mostró ayer su apoyo a implantar en España los llamados «minijobs» (mini-empleos), consistente en pequeños trabajos, de pocas horas de duración, con salarios que no pueden superar los 400 euros mensuales y que son compatibles con otros puestos de trabajo. Este sistema se usa en Alemania, donde da empleo a 4,6 millones de personas. Los sindicatos han criticado con dureza esta medida porque aumentaría la precariedad en el mercado laboral. El Banco Central Europeo propuso hace unas semanas, mediante una carta, al Gobierno español esta medida a cambio de reactivar su programa de compra de deuda.

Rosell defendió esta medida aunque, reconoció, suponga para los trabajadores jugar por un tiempo «en división regional» en lugar de «en primera». «Hay que hacerlo, es injusto, sí, pero tenemos que tratar de salir de la situación actual», señaló. El líder de la patronal defendió también que la máxima aspiración empresarial ahora mismo es que España funcione y afirmó que para ello se necesita una legislación más apegada a la realidad que la actual, con un coste del despido equiparable a la media europea y menos trabas burocráticas. El líder de la CEOE abogó por alcanzar acuerdos con los sindicatos antes del 6 de enero, en línea con el emplazamiento realizado por el presidente electo Mariano Rajoy. «Eso mejoraría la percepción interna y externa que hay sobre la economía española», apuntó.

El secretario de acción sindical de UGT, Toni Ferrer, aseguró durante un acto en Oviedo que los citados «minijobs» supondrían también «mini-derechos» para los trabajadores. Y defendió que las medidas que «están llegando desde Europa están todas orientadas a recortar y devaluar los derechos de los trabajadores».

El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández, Toxo, también mostró ayer su rechazo a imitar este modelo de contratación alemán. Y anunció que su sindicato se opondrá a cualquier negociación al respecto. Por otro lado, Toxo señaló que no sería conveniente una «irrupción abrupta» del próximo Gobierno en el proceso de negociación que los agentes sociales mantienen con las organizaciones empresariales.

Alemania implantó este sistema en 2003. El empresario paga una cantidad global del 30% del sueldo (15% para el seguro de pensiones, 13% para el de enfermedad y el 2% en concepto de impuestos), mientras que el trabajador no está obligado a pagar ni impuestos, ni cuotas a la Seguridad Social. Cuando este mini-empleo se realice por tareas domésticas en domicilios privados, la cantidad global que pagará el empresario será del 14,9% del salario. Aproximadamente, medio millón de «minijobs» los ocupan menores de 20 años, aunque el grueso lo tienen personas de entre 45 y 50 años. Uno de los objetivos del ejecutivo alemán cuando impulsó este tipo de contratación era hacer aflorar parte de la economía sumergía que se producía en los hogares privados. Los llamados «minijobs» también son compatibles con otros trabajos, y se pueden acumular varios mini-empleos pero la suma de sus salarios no debe pasar de los 400 euros.

En el país germano también existe otro tipo de contratos, denominados «midijobs», en los que el trabajador cobra entre 400 y 800 euros y paga unas cuotas reducidas a la Seguridad Social.