La asamblea general de La Caixa, el máximo órgano de gobierno de la entidad, ha aprobado hoy la fusión por absorción de Banca Cívica, una operación que dará lugar al primer grupo financiero de España, con unos activos de 342.000 millones de euros y cerca de 14 millones de clientes.

Está previsto que el proceso de fusión finalice en el tercer trimestre y que la integración genere unas sinergias o ahorro de costes de 540 millones de euros a partir del año 2014, según CaixaBank, el banco de La Caixa, que pagará 977 millones de euros por la compra de Cívica sin necesidad de ayudas públicas.

El presidente de la entidad, Isidre Fainé, ha destacado hoy, durante su intervención inicial en la asamblea, que esta operación "crea valor" tanto para La Caixa, como accionista mayoritario, como para los accionistas minoritarios, los empleados de la entidad y el conjunto de la sociedad a través de la obra social.

Por su parte, el director general de La Caixa, Juan María Nin, ha resaltado que la fusión con Cívica "permitirá avanzar hacia una mejor estructura de costes en este entorno de crisis y hacia un crecimiento más potente de los ingresos, derivado de la nueva posición en el mercado".

En su discurso, Fainé ha hecho balance del año 2011, que ha estado marcado, ha recordado, por la reorganización del grupo y el inicio de cotización de CaixaBank.

"Esta es la primera asamblea después de la reorganización del grupo, un paso decisivo para dar respuesta a la necesidad de adecuar nuestra institución a los nuevos tiempos", ha señalado.

La asamblea de La Caixa, que se ha celebrado en la sede de la entidad, en la avenida Diagonal de Barcelona, ha aprobado asimismo las cuentas anuales, los informes de gestión del ejercicio 2011, la gestión del consejo de administración y la memoria, los estados financieros y el presupuesto de la obra social para este 2012, que por quinto año consecutivo se mantiene en los 500 millones de euros.

Así, a pesar del nacimiento de CaixaBank, Isidre Fainé ha resaltado que La Caixa "sigue fiel a sus valores" y compagina su voluntad de crecimiento empresarial con su misión de hacer obra social.

Precisamente, Fainé ha dedicado parte sustancial de su discurso a la obra social, que ha definido como "la razón última que justifica" la actividad financiera de La Caixa.

Fainé ha repasado los principales programas de la obra social y sus 36.000 actividades programadas durante 2011 y ha hecho hincapié en que "este dividendo social toma mayor relevancia si consideramos la crisis económica y social que estamos sufriendo", ya que dos terceras partes del presupuesto se dirige a la atención de las personas más frágiles de nuestra sociedad.

El presidente de la entidad ha cerrado su intervención recordando que el grupo está hoy presente en todo el mundo, sea a través de la actividad financiera, a través de CaixaBank y sus participaciones en entidades financieras, de la obra social y de su cartera de participadas.