Arcelor-Mittal ha anunciado a los sindicatos los primeros ajustes de producción en sus plantas asturianas para hacer frente a la dura competencia que llega desde China en forma de acero barato. La dirección de la siderúrgica ha planteado la necesidad de suprimir uno de los turnos de trabajo en el tren de carril y tomar alguna medida similar en el alambrón. Se trata, paradójicamente, de dos instalaciones que hasta ahora estaban aguantando bien los golpes que llegan desde Oriente y que hace no mucho tenían una cartera de pedidos abundante. Incluso, recientemente habían aumentado su plantilla.

El problema, explicaron fuentes de las centrales, es que la expectativa de que los precios puedan seguir bajando está retrasando las decisiones de compra de muchos clientes hasta el último momento, lo que está afectando ya a la carga de trabajo. Los sindicatos temen que éste pueda ser el inicio de una escalda mayor de ajustes.

La decisión de suprimir uno de los turnos del tren de carril afectará a 15 trabajadores de esta instalación gijonesa. Arcelor ha prometido que no habrá ajustes drásticos y garantizó que recolocará a los empleados en otros talleres. No ha sido tan precisa con sus planes para el alambrón, donde acaba de reforzar su plantilla para hacer frente a la carga de trabajo. Aunque fuentes sindicales aseguraron que el ajuste que se pueda aplicar podría ser similar.

El gigante del acero anunció hace unos días que iba a aplicar un plan de ahorro de costes "planta por planta". Lo comunicó al mismo tiempo que anunciaba que sus pérdidas se habían multiplicado por diez durante el año pasado, hasta perder 1.158 millones de euros. Las plantas asturianas se salvaron de esa quema y consiguieron cerrar el ejercicio con unos beneficios netos de 97,8 millones, aunque los resultados positivos fueron perdiendo fuelle desde la segunda mitad del año hasta que, según la empresa, las factorías regionales entraron en pérdidas en enero.

José Manuel Arias, actual responsable de Arcelor en el suroeste de Europa, tiene previsto explicar este martes a los sindicatos los planes de ajustes que la multinacional va a aplicar. Las centrales temen que puedan traducirse en algún recorte de empleo. La empresa y los sindicatos participaron esta misma semana en una manifestación en Bruselas para exigir a la Unión Europea que frene la llegada de acero barato chino.