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Arcelor culmina la reforma de un horno alto y encarrila la ampliación de la acería

Cambiada la refrigeración de la instalación gijonesa, que vuelve a funcionar antes de lo previsto Las obras de Avilés entran en una fase clave

Arcelor culmina la reforma de un horno alto y encarrila la ampliación de la aceríaIRMA COLLÍN

Las obras de ampliación de los talleres asturianos de Arcelor-Mittal van a todo gas. La multinacional terminó el sábado la reforma de uno de sus dos hornos altos de Veriña (Gijón), del A, dos días antes de lo previsto. La operación, que consistió en sustituir su sistema interno de refrigeración, será replicada en un par de semanas (a partir del día 14) en su gemelo, el B. A unos kilómetros de distancia, en Avilés, la siderúrgica tiene también todo encarrilado en la acería para rematar los trabajos de instalación de una nueva máquina de colada continua, de corte vertical, con la que aumentarán los niveles de producción y la posibilidad de acceso a nuevos mercados. La propia compañía aseguró que los trabajos están discurriendo sin sobresaltos y que los plazos se están cumpliendo con precisión. Si todo marcha igual, el plan es que todo esté listo en diciembre, justo antes de las fiestas navideñas.

Tan bien están yendo las obras que en el caso del horno alto A los operarios se han adelantado a los plazos previstos. Esta instalación arrancó en pruebas ya el sábado y está previsto que en breve comience a producir con normalidad. Según matizaron desde la empresa, el proceso de arranque, que se hace mediante una inyección de oxígeno y propano para que el arrabio vuelva a fundir, aunque es una maniobra muy delicada, cada vez está más automatizada y se realiza más rápidamente. No es la primera vez que los hornos altos se someten a estas obras para cambiar sus sistemas de refrigeración, ya que es una de las partes que más desgaste sufren.

Toda la operación volverá a replicarse en el horno alto B en trece días. Los trabajos comenzarán con el vaciado del interior del horno para, posteriormente, enfriarlo. Esto se lleva a cabo mediante una técnica de sangrado que en el lenguaje siderúrgico se conoce con el nombre de "salamandra" y que suele durar entre cinco y seis días. Una vez desalojado el horno, se cambiarán tres filas del sistema de refrigeración de esta instalación, lo que se conoce como "staves". Son unas piezas con forma rectangular fabricadas a base de cemento que miden un metro y medio de ancho por un metro de largo y que dentro tienen varios tubos de cobre por los que circula el agua que ayuda a la refrigeración. Lo previsto es que el horno pueda echar a funcionar de nuevo el 10 de diciembre. En estas obras, de gran envergadura y complejidad, están participando unos 350 obreros, de dieciséis subcontratas.

En Avilés los plazos también se están cumpliendo al milímetro, presume la compañía. La vasija y el anillo del nuevo convertidor de la acería ya están instalados y ahora los operarios están en la fase de soldadura para que todas las piezas encajen. La instalación de la nueva máquina de colada continua, lo más gordo de la reforma, también está encarrilada y preparada en su nueva ubicación en la factoría. El momento más crítico y delicado de estos trabajos se producirá entre en 15 y el 23 de este mes. Durante esos nueve días está previsto que la otra máquina de colada, que ahora no se va a remodelar, deje de producir para que los operarios puedan cambiar las 16 vigas carrileras de este taller. Son unas piezas clave para mover el arrabio por la factoría.

Durante esos días la producción de acero se verá reducida de forma drástica, lo que aguas abajo pasará factura también al resto de instalaciones. Buena parte del personal aprovechará para agotar los compensatorios o las vacaciones que aún tiene pendientes. Otros recibirán cursos de formación.

El objetivo de Arcelor con todos estos trabajos es conseguir, desde finales de diciembre, producir acero en mayor cantidad, de más calidad y en menor tiempo. Con ello la multinacional podrá entrar en nuevos mercados y afianzarse en otros como el de la industria automovilística, donde la renovación tecnológica y la exigencia de aceros cada vez más resistentes es continua.

El gigante del acero también tiene su punto de mira puesto sobre la energía eólica marina, un mercado que va claramente al alza. Para conseguirlo será necesaria una segunda ronda de inversiones que, según fuentes sindicales, Arcelor impulsará en breve y que consistirán en la sustitución de la otra máquina de colada continua para producir piezas de un tamaño mucho mayor.

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