Los efectos del crecimiento de la economía española no se está repartiendo de forma equitativa. Pese a que España crece desde 2014, y aunque lo hace a una de las mayores tasas de la UE, la desigualdad, lejos de disminuir, sigue ampliándose, según el informe anual de Intermon Oxfam. Desde que estalló la crisis, España es, después de Chipre, el país de Europa en el que más ha aumentado la brecha de riqueza (el llamado índice Gini creció el 15,5%, diecinueve veces más que la media europea), mientras que algunos países que sufrieron rescates completos y recortes más severos han reducido la desigualdad, caso de Portugal, o la han aumentado en apenas el 1%, como Grecia. En el promedio europeo la inequidad sólo creció durante la crisis el 0,8%.

De forma gráfica, el informe detalla que las tres personas más ricas de España (Amancio Ortega, cofundador de Inditex; su hija Sandra y Juan Roig, dueño de Mercadona) acumulan tanta riqueza como 14,2 millones de españoles: el 30% de la población del país más pobre. Y mientras los tres primeros aumentaron su riqueza el 3% el año pasado, el tercio más pobre del censo la redujo el 33,4%.

La ONG apunta al diseño de las políticas sociales, los recortes, el modelo tributario y la pérdida de terreno de los salarios como causas principales de que, en un contexto de recuperación, la desigualdad siga agudizándose. Según Intermón, los salarios más bajos cayeron el 28%, y la renta percibida por los más opulentos pasó de ser 10 veces superior a la del 10% de la población menos favorecidos a rebasarla en 15 veces

En el planeta, los titulares de las consideradas como las ocho mayores fortunas del mundo (Bill Gates, Amancio Ortega, Warren Buffett, Carlos Slim, Jeff Bezos, Mark Zuckerberg, Larry Ellison y Michael Bloomberg) suman más patrimonio que 3.600 millones de personas (el 50% de la población mundial), según destaca Intermón Oxfam.

El informe alerta del ensanchamiento de las diferencias de renta y patrimonio en países emergentes como China e India, donde la brecha, afirma, es mucho mayor de lo que se creía hasta ahora.

La organización cree que la dinámica de polarización y desigualdad se está acrecentando porque persiste la tendencia al estancamiento de los salarios mientras las remuneraciones de los altos ejecutivos siguen al alza, multinacionales y grandes fortunas logran eludir o minimizar el pago de impuestos y los estados se ven forzados a recortar las políticas de gasto social en sanidad y educación.