El Parlamento Europeo acordó ayer recortar los derechos de emisión de CO2 a la industria. No obstante, los europarlamentarios asumieron, vía enmiendas, buena parte de las demandas del sector siderúrgico y especialmente de Arcelor-Mittal, que amenazaba con frenar inversiones en plantas como las de Asturias si se disparaba el coste de las emisiones.

La Eurocámara acordó que, para aumentar el precio del CO2 e incentivar el recorte de vertidos a la atmósfera de gases de efecto invernadero, los derechos subastados en el sistema de comercio de emisiones se irán reduciendo el 2,2% anualmente. Es la cuota que había propuesto la Comisión Europea, pero inferior a la que llegó a plantear el Parlamento, del 2,4%. El objetivo de esa y otras medidas es que suba el precio de la tonelada de CO2, porque cuando se creó el sistema de comercio se calculaba que el precio de la tonelada costaría 30 euros y ahora se paga a 5,3 euros.

A pesar del recorte de derechos de emisiones, tanto la patronal europea del acero (Eurofer) como Arcelor-Mittal, la principal compañía del sector, coincidieron ayer a la hora de señalar que el texto aprobado "establece el rumbo correcto para las próximas negociaciones" con el Consejo de Europa. Desde Arcelor-Mittal incluso hablaron de "satisfacción inicial" y ello a pesar de que habían advertido de que un encarecimiento de las emisiones (calculaban un sobrecoste de hasta 900 millones) les obligaría a recortar inversiones como las previstas para las plantas de Asturias.

La "satisfacción" viene por las enmiendas que el parlamento ha introducido a la propuesta de la Comisión Europea. Así, se plantea la aplicación de un nuevo arancel al acero que se importe desde países que no estén sujetos a limitaciones de emisiones de CO2 -principalmente China- con el fin de que la siderurgia europea no pierda competitividad frente a la de otros países dentro del mercado comunitario. A ese acero de importación se le aplicará un impuesto equivalente al coste que tendrían las emisiones si se produjera en Europa.

Además, otra de las enmiendas aprobadas ayer por el Parlamento Europeo reconoce los beneficios medioambientales de la reutilización de los gases residuales de la industria para la producción de electricidad y por ello les concede una asignación gratuita. Esta era una de las principales demandas de Arcelor-Mittal para evitar que se disparara el coste de las emisiones. Muchas de sus plantas en Europa reutilizan gases residuales para generar energía eléctrica. Es el caso, por ejemplo, de la planta de Gijón. Buena parte de los gases siderúrgicos de esa factoría se utilizan en la térmica de Aboño, de EDP-HC, para la producción de electricidad. Al no tener que pagar derechos de emisión por los gases que se reutilizan, Arcelor-Mittal podrá reducir la factura del CO2 en Asturias y compensar el incremento de costes que se producirá.