A Miguel Ángel Fernández Ordóñez, exgobernador del Banco de España, no le llegaron los correos electrónicos que alertaban sobre los riesgos de la salida a Bolsa de Bankia. Al menos, así lo aseguró ayer durante su declaración ante la Audiencia Nacional, que duró más de una hora y en la que respondió en calidad de investigado a las preguntas de las acusaciones y alguna de las defensa en la causa sobre la operación bursátil que investiga el juez Fernando Andreu. Durante el interrogatorio, Fernández Ordóñez llegó felicitarse por el hecho de que ninguno de sus subordinados le hiciera llegar esos emails porque, a su juicio, estaban "equivocados".

El inspector del Banco de España José Antonio Casaus envió entre abril y mayo de 2011 cuatro correos electrónicos al entonces jefe de grupo de inspectores del órgano supervisor, Pedro Comín, en los que alertó de "la inviabilidad del grupo y de que la solución de la salida a Bolsa no debía ser aprobada, pues suponía un grave perjuicio para accionistas, preferentistas y contribuyentes (estimado en unos 15.000 millones de euros)". Es el principal de los indicios que han llevado ante el juez, como investigados dentro del "caso Bankia", a varios responsables de los organismos supervisores del sector financiero y del mercado bursátil.

El que fuera el máximo ejecutivo del Banco de España aseguró que nadie le mencionó nada relacionado con los correos que alertaban de la inviabilidad de Bankia, pero aún así, destacó que Casaus se equivocó en sus predicciones sobre la mala situación del grupo financiero. Es más, apuntó que hubo una vez que otra persona (aunque no concretó quién) sí le alertó de los problemas de Bankia y lo hizo "con fundamento, no como Casaus". También echó balones fuera y señaló a la sala que el deber de proteger a los inversores le corresponde a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y no al Banco de España.

Ordóñez respaldó que la quiebra de Bankia se debió a la crisis económica y a la burbuja inmobiliaria. Y destacó que la recesión fue una "especie de terremoto" para el que el sistema no estaba preparado y, por ello, defendió el rescate a la entidad financiera como una "cosa natural". También negó rotundamente haber sufrido presiones políticas en relación a la salida a Bolsa del banco y defendió a capa y espada que los activos de la entidad, en ese momento, estaban bien valorados.

Tras Fernández Ordóñez, también declaró el autor de los controvertidos correos electrónicos. Casaus, cuya declaración tuvo que ser interreumpida durante varios minutos al sentirse indispuesto. El exinspector del Banco de España aseguró que sus emails no eran simples "opiniones a futuro", tal y como habían afirmado los exjefes de inspección, Pedro Comín y Pedro González. Según el autor de los correos, sus escritos están "meditados y consensuados" porque era consciente de la importancia del tema, aunque afirmó que estaban elaborados desde un punto de vista analítico y no desde uno contable, porque no era especialista en ello.

Casaus destacó que Bankia era "una máquina de perder dinero" y reconoció que en sus correos había ciertas incorrecciones al no utilizar adecuadamente ciertos términos, como confundir en determinados casos a BFA (la matriz) con Bankia. Pese a ello, defendió que los mails aportaban "cosas muy concretas" como apuntes sobre las cuentas de marzo de 2011, que fueron las que se tuvieron presentes para aprobar la salida a bolsa, y enfatizó que nadie discutió su diagnóstico "de que el grupo estaba muerto". Sin embargo, Pedro Comín había asegurado que los correos eran valorativos y poco rigurosos.