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El sector siderúrgico, ante los cambios tecnológicos

Arcelor cree en el coche eléctrico

La multinacional considera estratégico el desarrollo de nuevos aceros para la industria automovilística y ve a Tesla como un "cliente potencial"

Arcelor cree en el coche eléctrico

La industria automovilística es cliente principal de Arcelor-Mittal y sus tendencias tecnológicas marcan por ello el paso del coloso siderúrgico. Su estrategia para las próximas décadas incluye así el desarrollo de nuevos aceros adecuados a las necesidades del coche eléctrico, ante la expectativa de que esta tecnología se irá imponiendo en el mercado a medio plazo.

Arcelor cree en el futuro del vehículo eléctrico, indicaron fuentes de la compañía. Forma parte de las líneas estratégicas del grupo, junto al impulso de la automatización (industria 4.0) y otros cambios tecnológicos que ya están en marcha a escala global. La compañía siderúrgica fabrica ahora en Francia aceros específicos para coches eléctricos e híbridos y prevé redoblar esa apuesta a medida que se concreten los planes de los fabricantes automovilísticos para poner nuevos modelos en el mercado. Tesla, el grupo estadounidense que está liderando el nuevo intento de expandir el uso de los automóviles propulsados por energía eléctrica, es visto por Arcelor Mittal como un "cliente potencial".

Tesla tiene ahora una fábrica en California y otra de menor tamaño en Holanda, aunque ha anunciado planes para instalar una gran planta en Europa y presumiblemente otra dirigida al mercado oriental. Asturias, al igual que otras regiones españolas, ha presentado su candidatura a acoger esa instalación. La existencia de un fabricante de acero de la talla de Arcelor es una de las fortalezas que presenta Asturias, según el criterio de la Administración del Principado y de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). El complejo siderúrgico asturiano suministra a los fabricantes de automóviles asentados en España. Las dos líneas de acero galvanizado de Avilés están dirigidas a ese segmento del mercado. Una de ellas, que antes fabricaba para la construcción, fue reconvertida para acero de altas prestaciones destinado a carrocerías del automóvil.

Arcelor apostó en 2012 por su planta francesa de St-Chély d'Apcher para desarrollar aceros especiales para coches eléctricos (gama conocida comercialmente como iCARe) e invirtió 90 millones de euros en ese proyecto. La fabricación de aceros para automóviles movidos por electricidad presenta ciertas singularidades. La industria automovilística convencional demanda productos que sean a la vez ligeros, robustos y flexibles, para favorecer el ahorro energético y la seguridad. En el caso del coche eléctrico, se añaden necesidades relativas a la optimización del uso de la corriente de la batería, a la protección de este último elemento y a la mejora de la autonomía de vehículo mediante la reducción de peso. Aunque se vislumbra el uso en el futuro de materiales como la fibra de carbono, el sector da por hecho que el acero retendrá un protagonismo esencial en la fabricación de automóviles, sean o no eléctricos.

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