La demanda mundial de carbón se mantendrá estable hasta 2022, lo que se traducirá en una década de estancamiento en su consumo, según recoge el estudio "Market report coal 2017", elaborado por la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Según indicó Carlos Fernández Álvarez, portavoz de este organismo, la demanda de carbón se ha reducido un 4,2% en los últimos dos años, igualando prácticamente el descenso producido.

Así, en 2016 se constató por segundo año consecutivo un descenso de la demanda de carbón en un 1,9% respecto al año anterior, debido principalmente a los bajos precios del gas, al aumento de la penetración de las renovables y a las inversiones llevadas a cabo en eficiencia energética.

Además, la AIE pronostica que la participación del carbón en la matriz energética mundial disminuirá hasta el 26% en 2022 debido, fundamentalmente, a la baja demanda en comparación con otros combustibles. De esta manera, aunque la generación de electricidad a partir del carbón aumenta en un 1,2% por año desde 2016 y hasta 2022, su participación en el "mix eléctrico" se reducirá al menos un 36% en los próximos cinco años.

Con respecto a la Unión Europea, Fernández aseguró que sólo representa el 6% de la demanda mundial y pronosticó que "su peso será cada vez más marginal". Igualmente, destacó la necesidad de aplicar medidas urgentes para respaldar las tecnologías de captura, transporte, utilización y almacenamiento de carbono.