Arcelor-Mittal considera que los aranceles con los que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quiere blindar al país de las exportaciones de acero y aluminio "apenas tendrán efecto" sobre su negocio y, a mayores, tampoco considera que puedan dañar demasiado a la industria siderúrgica europea. Así se lo comunicó ayer la dirección de la compañía a los sindicatos durante una reunión del comité restringido en la sede de la multinacional en Luxemburgo.

Trump firmó ayer estos impuestos del 25% al acero y del 10% al aluminio -aunque México y Canadá quedarán exentos "por ahora"- y que entrarán en vigor en dos semanas.

Tirando de datos, Arcelor expuso que solamente el 4% de las exportaciones de acero que salen de Europa tienen como destino el país norteamericano. Son unos tres millones de toneladas. Tampoco teme Arcelor que los productores que ya no puedan vender en Estados Unidos traten de inundar el Viejo Continente con sus productos ya que, sostienen, Bruselas ha ido aprobando medidas durante los últimos años para protegerse de esas posibles amenazas.

Por otra parte, Arcelor también trasladó a los sindicatos que va a desprenderse de la planta italiana de Piombino, en un intento de que la dirección comunitaria de Competencia no ponga trabas a la adquisición de Ilva. Los sindicatos temen que el esfuerzo no sea suficiente y que Bruselas obligue a la multinacional a desprenderse de otros negocios.