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Los dos mayores accionistas de Duro dejan el consejo por desacuerdo con el nuevo rumbo

Con la salida de las familias Álvarez Arrojo y Arias, dueñas del 34%, el máximo órgano del grupo asturiano queda en manos de independientes y sin presencia de la propiedad

Los dos mayores accionistas de Duro dejan el consejo por desacuerdo con el nuevo rumbo

Los dos mayores accionistas de Duro Felguera, las familias Álvarez Arrojo y Arias, que poseen el 34,426% de la sociedad, abandonan el consejo de administración en disconformidad con la estrategia del grupo. Con ello, el máximo órgano ejecutivo de la ingeniería asturiana, que pugna por salir de la situación de dificultad económica en la que se halla el grupo, quedará sin representantes de la propiedad de la empresa e integrado sólo por administradores independientes.

La renuncia de los dos principales propietarios del grupo se produce en un contexto de grandes dificultades financieras en Duro Felguera y es consecuencia de la discrepancia existente entre los dos mayores accionistas y el resto del consejo sobre la estrategia a seguir para superar la compleja situación que vive la compañía, que acaba de declarar pérdidas sin precedentes por un importe de 254,59 millones de euros y está diseñando una ampliación de capital por 125 millones y un acuerdo de refinanciación con la banca acreedora para superar la situación legal de disolución en la que ha incurrido tras aflorar el pasado día 14 una posición de patrimonio neto consolidado negativo.

Las sociedades patrimoniales Inversiones Somió e Inversiones El Piles (a través de las cuales la familia Álvarez Arrojo controla el 24,399% de Duro Felguera) comunicaron su renuncia a última hora del viernes, según varias fuentes y confirmaron medios de las dos mercantiles. Ambas sociedades estaban representadas en el consejo de Duro por Javier Sierra Villa y Antonio Camps Guerrero. También dimitió, según confirmaron dos fuentes diferentes, Inversiones Río Magdalena, la sociedad representada por Teresa Arias y a través de la cual los herederos de Ramiro Arias son titulares del 10,027% de la ingeniería asturiana. La renuncia no fue posible contrastarla con la familia Arias. Su marcha supone dejar también vacante la vicepresidencia de Duro, que ocupa Teresa Arias desde el 23 de junio.

Ángel del Valle, máximo representante de la familia Álvarez Arrojo y que el pasado noviembre renunció a los cargos de presidente y consejero delegado de la compañía (responsabilidades que ejerció durante seis y nueve años, respectivamente), también abandonará el consejo en fechas inmediatas. Del Valle ha postergado la formalización de su cese hasta que el consejo haya cubierto las tres vacantes que se acaban de producir con el fin de evitar que el máximo órgano ejecutivo de la compañía incumpla el número mínimo de administradores que determinan sus normas internas.

Con la dimisión de Inversiones Somió, Inversiones El Piles, Inversiones Río Magdalena y la próxima de Ángel del Valle, el consejo de Duro, integrado hasta ahora por ocho miembros, quedaría reducido a cuatro, uno menos del mínimo exigido. Ayer se dio por seguro que Del Valle dejará su puesto al día siguiente de la toma de posesión de los tres nuevos vocales que se incorporen para cubrir las bajas que ya son efectivas.

Las familias Álvarez Arrojo y Arias, con más de medio siglo de sintonía, amistad y negocios compartidos, y que suman más de un tercio de la propiedad de Duro Felguera, tomaron la decisión de cesar en el consejo por disconformidad con la estrategia y el proceso que ha diseñado el nuevo presidente del grupo, Acacio Rodríguez, y el resto del consejo, con el respaldo del equipo directivo y de acuerdo con la banca acreedora, para intentar remontar las graves dificultades de la ingeniería. Mientras la mitad del consejo (formado por cuatro independientes: Acacio Rodríguez, el ex directivo Javier González Canga, Elena Cabal Noriega y José Manuel García Hermoso) defienden como mejor opción una ampliación de capital y la refinanciación de la deuda por la banca -lo que conllevaría la transformación del 73,4% de los débitos financieros en "warrants" (derivados) convertibles en acciones-, los dos mayores accionistas han defendido desde el año pasado (y lo formalizaron también por escrito hace un mes) la opción de solicitar el preconcurso voluntario de acreedores. El voto de calidad del presidente, Acacio Rodríguez, logró romper el empate entre los dos sectores de consejo y vetar esta propuesta en varias votaciones en los últimos meses. El comité y los sindicatos también rechazan la vía del preconcurso.

El pasado día 14, los tres representantes de Álvarez Arrojo expresaron de nuevo su disconformidad con la estrategia y el proceso. Inversiones El Piles e Inversiones Somió, así como Del Valle, no formularon las cuentas del ejercicio pasado y tampoco respaldaron el informe de Gobierno corporativo.

Con su baja del consejo, Álvarez Arrojo y Arias pretenden, según medios cercanos, dejar libertad plena al resto del consejo y "no ser un obstáculo" en el desarrollo y puesta en marcha del plan que postula el consejo y del que los dos accionistas discrepan.

La familia Álvarez Arrojo, que ya era accionista significativo de Duro con anterioridad, se incorporó al consejo de administración en junio de 2000 y desde 2005 era el grupo con mayor peso en este órgano con tres representantes, por lo que su marcha pone fin a una etapa de 17 años. La familia Arias ha tenido un puesto en el consejo de Duro de forma ininterrumpida desde mayo de 2006, hace doce años.

La solución en la que trabaja el equipo que encabeza Acacio Rodríguez supone la capitalización de la sociedad con una emisión de acciones para captar 125 millones (el 100% de Duro valía en Bolsa el viernes 45,28 millones), acometer ajustes de personal y recortes de remuneraciones para reducir el coste salarial en el 20%, vender activos considerados como no cruciales (ya se desprendió de dos inmuebles en Madrid y negocia la de algunas filiales como DF Raíl y Núcleo de Comunicación) y culminar un pacto con la banca, que ya está avanzado. Los bancos proponen reducir la deuda financiera actual (362,46 millones) a 85 millones, convertir el resto de los débitos en de derivados financieros susceptibles de ser canjeables por acciones, inyectar 25 millones en liquidez y otorgar avales por 100 millones. Esta propuesta está supeditada a que Duro culmine con éxito la ampliación de capital.

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