La junta general extraordinaria de accionistas de Duro Felguera aprobó ayer las dos emisiones de obligaciones convertibles que por 233 millones suscribirá la banca acreedora y en virtud de las cuales los prestamistas reducirán la deuda financiera de la compañía de los 318 millones actuales a 85 millones. A propuesta de un accionista, José Alberto Fernández, se expulsó del consejo de administración al anterior presidente de la sociedad, Ángel del Valle, miembro de la dinastía Álvarez Arrojo, principal accionista de la sociedad, de la que posee el 24,38%.

La autorización de la asamblea para emitir las obligaciones supone que Duro ha superado el último escollo para acudir al mercado en demanda de los 125,7 millones de capital que precisa la ingeniería para recuperar su solvencia y garantizar su supervivencia. Las emisiones fueron aprobadas por el 99,6% de los accionistas presentes y representados, que sumaron el 40,37% del capital social.

Aun cuando Del Valle estuvo presente en la junta, la familia Álvarez Arrojo no inscribió sus 39 millones de acciones para ejercer el voto. De haberlo hecho, hubiese podido impedir la expulsión de Del Valle, que fue apoyada por 41,37 millones de acciones (65,94%) y rechazada por 21,25 millones (33,8%).

La reestructuración de la deuda y refinanciación de Duro por la banca está supeditada a que se materialice la ampliación de capital y a que los Arrojo no compren acciones de la nueva emisión, pero ayer los bancos renunciaron a su tercera exigencia: que los Arrojo no vendieran los derechos de suscripción preferente para generar recursos con la operación.

La banca no prevé convertir las obligaciones en acciones y, de hacerlo, su objetivo sería canjear sólo una emisión (la de tipo A), que le daría el 6% de Duro. De canjear las dos, los bancos llegarían a tener como máximo el 29% de la empresa. "No es cierto", dijo por ello el presidente de Duro, Acacio Rodríguez, "que la banca se vaya a quedar con la empresa". Rodríguez dijo que hay inversores interesados en entrar en Duro.