Unos 17.000 beneficiarios asturianos de las pensiones de viudedad, en su inmensa mayoría mujeres, han tenido este mes de agosto la mayor subida en el importe de sus nóminas en muchos años: un 7,7% adicional a la revalorización ordinaria incluida en los Presupuestos Generales del Estado (1,6% con carácter general y 3% para las prestaciones mínimas). Es el resultado del desbloqueo de una reforma, pendiente desde 2012, que modifica la fórmula de cálculo de tales pensiones. Pero este cambio tiene un efecto paradójico: sus requisitos hacen que muchas de las viudas con ingresos más modestos queden al margen de la mejora.

El cambio consiste en lo siguiente: la pensión de viudedad era hasta ahora equivalente al 52% de la base reguladora, que varía según hayan sido las cotizaciones de la persona difunta; la única excepción hasta el momento correspondía a los beneficiarios con hijos menores de 26 años a cargo, que cobran el 70% de la citada base de cálculo; desde el 1 de agosto, las viudas y viudos que cumplan ciertos requisitos pasan a cobrar el 56% de la base y desde 2019, el 60%.

Tal mejora alcanza al 21% de las 80.000 viudas asturianas, según una estimación divulgada por el PP cuando, estando aún en el Gobierno, pactó la reforma en los Presupuestos. El resto de las viudas quedan excluidas por el efecto de las condiciones que para beneficiarse establece el real decreto aprobado: Tener 65 años o más; no cobrar ninguna otra pensión pública española o extranjera; no disponer ingresos del trabajo, sea como asalariado o como autónomo, y no tener otros rendimientos (financieros, empresariales, alquileres...) que superen los 7.134 euros al año (o 8.322 si se tiene cónyuge).

Y el decreto añade otras precisiones que tienen el siguiente efecto: las viudas que perciben el llamado complemento a mínimos seguirán cobrando las pensiones contributivas más bajas del sistema (entre 657 y 760 euros para los mayores de 65 años, según las circunstancias familiares) aunque se les aplique la reforma. Los complementos a mínimos se cobran, con cargo a los impuestos generales, cuando el importe de la pensión no alcanza ciertos niveles básicos porque las cotizaciones del trabajador durante la vida laboral fueron muy modestas. Suponen por tanto un suplemento sobre la cantidad resultante de aplicar el 52% a la base reguladora. Las condiciones de la reforma que llega ahora hacen que a esas viudas con pensiones mínimas se les aplique también el 56% de la base reguladora, pero el aumento resultante se restará del complemento a mínimos.

Según las informaciones recabadas en la Seguridad Social, la subida sí es efectiva para quienes tienen pensiones más altas, presumiblemente para una parte relevante de las casi 16.000 viudas asturianas con nóminas superiores a los 1.000 euros al mes. Quien cobre esa cantidad y al mismo tiempo cumpla el resto de requisitos habrá tenido desde el 1 de agosto pasado un incremento extra de la pensión de 77 euros (1.078 euros al año en catorce pagas).