Jornada de retrasos y cancelaciones en el aeropuerto de Asturias. El aeródromo se libró de la huelga de pilotos de Ryanair, pero no se libró de las demoras de la compañía Vueling. Los problemas comenzaron ayer cuando la aerolínea canceló el vuelo que unía Asturias con Barcelona, después de ir demorándolo horas y horas. La indignación fue mayúscula. La misma escena se vivió a miles de kilómetros de distancia, ya que la empresa suspendió también el viaje entre la capital catalana y el Principado.

La irritación de los pasajeros fue tremenda. Una de las afectadas, la asturianas Marta Fernández, contó con pelos y señales la situación a través de su cuenta de "Twitter". Aseguró que se vivieron momentos de mucha tensión, en la que algunos pasajeros acabaron poniéndose agresivos con el personal de la areolínea. Algunos consiguieron pasar la noche en hoteles cercanos, pero otros no tuvieron tanta suerte y tuvieron que esperar una solución en el propio aeropuerto. En estos casos, la compañía aseguró que las cancelaciones se debieron al mal tiempo que azotó a la costa catalana y que tocó de lleno al aeródromo barcelonés.

Pero los problemas no se quedaron ahí. Hoy mismo y tras varias horas de demora el vuelo que debía de haber salido a las dos menos veinte del aeropuerto asturiano con dirección a Málaga también fue cancelado.

La alternativa que ofreció la aerolínea a los afectados fue rocambolesca, protestaron los viajeros. Consistía en viajar en autobús hasta un aeropuerto gallego para desde ahí tomar un vuelo con dirección a Barcelona, y ya en la ciudad condal poder volar con dirección a Málaga, tras muchas horas de viaje.

Los problemas no se quedaron ahí. También hubo retrasos en los vuelos entre Asturias y Londres y con Menorca, y, de nuevo, con el de Barcelona, para echar más leña al fuego de la indignación de los viajeros.