El mundo del motor y la automoción encara una gran revolución que traerá consigo un cambio de mentalidad impulsado por la aplicación de las nuevas tecnologías y la mutación del paradigma energético. En ese contexto, el debate sobre el futuro de los distintos tipos de vehículos y su impacto ambiental, el transporte público, la formación especializada y el desarrollo de la futura área metropolitana fueron temas analizados ayer por empresarios y expertos en la sede central de LA NUEVA ESPAÑA, en el transcurso de un encuentro organizado por FCA/Fleet & Business Fiat bajo el título "Comprometidos con la movilidad".

El plantel de invitados abarcó distintos sectores involucrados en la automoción y el transporte en el Principado. Los participantes fueron Juan Carlos Noreña, director comercial de Alvemaco, y David Alba, gerente de la compañía; Cesáreo Marqués, secretario general de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (ASPA); Carlos Paniceres, vicepresidente de la patronal FADE, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo y consejero delegado de Transinsa, la empresa que realiza el transporte sanitario en Asturias; Luis Ardit, gerente de Artedo Motor, y Sabino Pérez Santos, presidente de la Asociación Local de Taxis de Oviedo.

Luis Ardit inició el debate asegurando que "el automóvil va a cambiar más rápido de lo que pensamos. Estamos ante una gran revolución en la industria automovilística y el futuro pasa por el vehículo eléctrico y cero emisiones". El problema, indicó, es el retraso acumulado en la instalación de puntos de recarga de las baterías, un aspecto en el que se acabarán implicando los fabricantes. "Las baterías cada vez tendrán más autonomía, y los coches eléctricos, en un plazo de diez años, dejarán de ser un segundo vehículo familiar para ser el primero. El problema es que el particular aún no se atreve a comprarlos porque hay mucha incertidumbre", afirmó Ardit.

Cesáreo Marqués planteó una reflexión: "Se va al coche eléctrico para reducir las emisiones y la contaminación. Pero ¿cómo se fabrican esas baterías eléctricas? Ese proceso es contaminante y obliga a generar más energía eléctrica". En su opinión, "el elevado coste de los coches eléctricos hará que aún se tarde un tiempo en que el particular se anime a adquirirlo".

Sabino Pérez explicó que "el 60% de la flota de taxis ya es de coches híbridos. Es decir, no son eléctricos en su totalidad, pero acabarán siéndolo porque los costes de mantenimiento son muy inferiores a los que suponen los automóviles de motor diésel y los de gasolina". También planteó que las administraciones públicas "deberían tener mayor interés en que se creen las condiciones adecuadas para que los particulares adquieran vehículos eléctricos".

Carlos Paniceres advirtió: "Con las cosas de comer no se juega, hay que ser prudentes. Y las declaraciones del Gobierno (central) no ayudan. Con el diésel, igual que con la descarbonización, han generado una enorme confusión sin pensar en las consecuencias, en el impacto real de esas declaraciones. ¿Cuánto se han devaluado los vehículos de gasoil?". El vicepresidente de FADE añadió que el diésel "tiene una incidencia enorme en el transporte de mercancías y de pasajeros, y a día de hoy no se ha planteado una alternativa", salvo el anuncio de una subida de impuestos. "Eso conllevará un incremento de los costes, porque no lo van a asumir los transportistas", señaló. Para Paniceres, "el problema es que no hay un plan concreto, una apuesta; el Gobierno, el país, no sabe hacia dónde quiere ir. Pasa lo mismo que con la energía".

Juan Carlos Noreña también se mostró muy crítico con "el grado de confusión tremendo" que se ha generado. Y remarcó que "si ha habido vehículos con un gran desarrollo tecnológico han sido los diésel". El director comercial de Alvemaco alertó: "No se puede pretender meter tijera a corto plazo sin medir las consecuencias. Se han hecho enormes inversiones, las empresas y el particular que se han comprado un diésel, ¿ahora qué pasa, qué hacen".

Cesáreo Marqués intervino a renglón seguido con este dato: "Los actuales vehículos diésel, los Euro 6, son menos contaminantes que los de gasolina. El problema son los antiguos motores de gasoil, pero no los nuevos, que son un 80% menos contaminantes". Y señaló que "si lo que pretenden es subir impuestos, pues que lo digan, pero no se puede generar tanta confusión, porque se hace daño a muchos ciudadanos".