La multinacional cementera mexicana Cemex anunció la pasada semana, 24 horas antes de hacerlo Alcoa, el cierre de dos de sus siete fábricas españolas. Se trata de las instalaciones situadas en Gádor (Almería) y Llosetas (Mallorca). La compañía ha justificado la clausura por la difícil coyuntura del negocio dentro y fuera de España y, también, por el encarecimiento de la energía, que ha cifrado en un 20%.

Cemex ha comunicado su intención de aplicar un expediente de regulación de empleo a su plantilla española (1.000 personas), sin precisar por ahora su impacto.

La industria cementera, al igual que la siderúrgica y que las plantas de generación eléctrica, está entre las principales afectadas por el endurecimiento de las reglas del mercado de derechos de CO2 (dióxido de carbono), cuyo reparto gratuito se va a restringir desde 2020. El coste de esos bonos se ha disparado este año, impactando en la factura eléctrica de hogares y empresas.