El arranque del plan "Madrid Central" generó satisfacción en el Gobierno de Manuela Carmena por la reducción del tráfico detectada ayer en el centro sin mediar aún sanciones, mientras que la Comunidad de Madrid y el PP lo calificaron de "parodia".

Carmena aseguró ayer que la medida estaba funcionando "como se esperaba" y celebró que se viesen "muchos taxis" en este "cinturón" del centro de la ciudad, donde de forma general sólo deben circular, además del transporte público, los residentes y sus invitados -un máximo de veinte al mes-, coches poco contaminantes (etiquetas Cero Emisiones y Eco) y vehículos con etiquetas B y C que acudan a aparcamientos de uso público.

Desde primera hora, policías municipales se apostaron en los principales puntos de acceso a esta zona de bajas emisiones de 472 hectáreas para controlar el tráfico e informar.

"No es un proyecto que esté interiorizado por los ciudadanos. La mayoría no sabemos muy bien qué es ni cómo va a resultar. En Madrid había experiencias previas de cierre al tráfico de la zona centro en Navidad, pero esto es más ambicioso y hay muchas dudas", explicó Saúl Montes, uno de los muchos asturianos que trabajan y residen en la capital de España. "En general, quienes no tienen coche y residen en la zona centro son muy favorables a 'Madrid Central' porque se beneficiarán de menos ruido; entre los que tienen coche, el principal elemento que genera complicación es el tema de tener que registrar a quienes te visiten para que puedan circular por la zona", añade Montes. Las mayores quejas, sostiene, las emiten "quienes viven fuera de Madrid y trabajan en la zona afectada".

El alcalde de Alcorcón, David Pérez (PP), comparó "Madrid Central" con el Muro de Berlín, asegurando que "a los comunistas les gusta levantar muros".