Tanto el Gobierno del Principado como los partidos políticos y sindicatos en Asturias esperan que la resultante de la fusión entre Liberbank y Unicaja mantenga su vinculación con la región. No obstante, se da por descontado que la fundación bancaria Cajastur -que tras la última ampliación de capital dejó de ser el principal accionista de Liberbank en favor de la gestora de fondos británico-maltesa Oceanwood- seguirá perdiendo peso. ¿Hasta dónde?. Depende de muchos factores: del valor que se le dé a cada entidad en la operación de concentración, de la cuantía de una previsible ampliación de capital y de la decisión y capacidad de la fundación Cajastur para acudir a ella.

La valoración. El valor bursátil de Liberbank al cierre de la sesión de ayer era de 1.332 millones de euros tras perder el 1,14% y el de Unicaja de 1.876 millones de euros tras dejarse el 1,77% en la sesión. Con esta valoración, y si se materializa la operación, Unicaja tendría el 58,5% del capital y su socio Liberbank el 41,5%. No obstante, en la negociación de fusión ese peso podría ponderarse teniendo en cuenta otros ratios cuantitativos y cualitativos. Unicaja tiene mayor volumen de activos y beneficios, pero menor eficiencia teniendo en cuenta el número de oficinas y empleos. Además, Liberbank tiene mucha más liquidez y está por delante en digitalización. Si se toma como referencia exclusivamente la valoración en Bolsa el 16,14% que la fundación bancaria Cajastur tiene en Liberbank pasaría al 6,69% y el 5,52% que tiene la familia asturiana Masaveu pasaría a ser del 2,29% de la futura entidad.

La ampliación. Los expertos financieros coinciden en que lo más probable es que la fusión se produzca jurídicamente por una absorción de Liberbank por parte de Unicaja y que se acompañe de una ampliación de capital para hacer frente a las provisiones exigidas en estas operaciones y a los gastos, por ejemplo, de un previsible ajuste de plantilla en las poblaciones donde hay solapamientos de oficinas (principalmente en Extremadura) y en servicios centrales. La cuantía de esa ampliación de capital está por ver (algunos medios la han cifrado en 400 millones de euros) y de hecho las partes estudian fórmulas para tratar de rebajarla al máximo. Esas medidas pasarían por desprenderse de participaciones financieras o acelerar la venta de activos. Recientemente Liberbank contrató el asesoramiento de la sociedad Arcano para buscar compradores para su sede corporativa en Madrid con la pretensión de quedarse como inquilino en el inmueble, operación similar a la que han hecho otros grupos como, por ejemplo, recientemente, Duro Felguera. Además, tanto Unicaja como Liberbank han protagonizado operaciones con distintos fondos para traspasar activos inmobiliarios a una sociedad conjunta. La última de esas operaciones la puso en marcha Liberbank el pasado mayo para la venta de una cartera de activos inmobiliarios (suelo, naves, promociones de viviendas...) por un importe de casi 200 millones de euros. Todas esas medidas contribuirían a obtener liquidez, a rebajar el importe destinado a reforzar capital y a reducir al mínimo necesario el importe de la ampliación de capital, de la apelación al mercado. Hay que tener en cuenta que los bancos cotizan por debajo de su valor contable y ampliar capital en esas condiciones supone una dilución muy fuerte para los actuales accionistas. Por tanto, la participación de la fundación bancaria Caja de Ahorros de Asturias, institución sucesora y heredera de la antigua caja asturiana (Cajastur) y de su Obra Social y Cultural, podría reducirse mucho más. Ya ocurrió en la ampliación de capital de Liberbank del pasado año, en el que las fundaciones bancarias de Cajastur, Caja Extremadura y Caja Cantabria pasaron de controlar conjuntamente el 44,8% de las acciones al 24,31%.

La decisión. Todo indica que la posible ampliación de capital se llevaría a cabo con derecho de suscripción preferente, lo que daría oportunidad a la fundación bancaria Cajastur a mantener el peso de sus actuales participaciones en Liberbank. Otra cosa es que quiera y que tenga recursos para ello. En la ampliación de capital de Liberbank del pasado año la fundación Cajastur vendió sus derechos de suscripción preferente y con el dinero obtenido adquirió acciones, una operación que evitó una dilución aún mayor.

Pérdida de asturianía. En todos los escenarios contemplados, la fusión recortaría la asturianidad de la que aún presumía Liberbank . Es uno de los precios a pagar en esta operación para ganar tamaño, ser el sexto banco español y pasar a controlar un cuota de mercado del 4%. Además, según los estudios de diferentes analistas financieros, la unión de Liberbank y Unicaja supondría unas sinergías de ahorro de costes anuales de entre 150 y 200 millones de euros, que es el 50% de la base de costes que tiene actualmente Liberbank.