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AMADOR MENÉNDEZ | Investigador y divulgador científico

"El futuro será de las sociedades que apuesten por proyectos de alto riesgo"

"Los tiempos difíciles también son de oportunidades; están surgiendo en Asturias empresas tecnológicas que tienen una gran proyección"

Amador Menéndez. M. LEÓN

Amador Menéndez Velázquez (Oviedo, 1969), químico, investigador y divulgador científico, forma parte del grupo de once personas elegidas por el Principado como "embajadores" de los valores de la Asturias más innovadora, con motivo del reconocimiento como "Región emprendedora europea 2019", concedido por la UE. Experto en disciplinas disruptivas como la nanotecnoliogía o la inteligencia artificial, Amador Menéndez trabaja desde el Instituto Tecnológico de Materiales de Asturias (ITMA) y ha estado vinculado al prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT).

- Ejerza de embajador: ¿Qué destacaría de Asturias como tierra innovadora y emprendedora?

-Me gustaría referirme a dos tipos de innovación. Por una parte está la que podríamos denominar "innovación horizontal", consistente en la mejora de productos ya existentes en el mercado. En contraposición, la "innovación vertical" hace referencia a algo radicalmente diferente, una tecnología disruptiva que puede remodelar nuestras formas de vida. La innovación horizontal es típica de las grandes empresas, las cuales tienen un objetivo claro y bien definido. La innovación vertical es más propia de pequeñas empresas o "garajes tecnológicos", lugares en los que no hay caminos demasiado definidos y en los que se permite dar rienda suelta a la imaginación. En Asturias coexisten ambos tipos de innovación, que se refuerzan mutuamente y nos llevan a un sinergismo mayor que la suma de sus partes.

- El discurso dominante retrata con frecuencia a esta región como un lugar declinante y poco emprendedor. ¿Tapa ese discurso una realidad distinta?

-Asturias, como España en general, atraviesa momentos difíciles; eso es una realidad. Pero muchas veces los tiempos difíciles son también tiempos de oportunidades. En los últimos años han surgido diferentes empresas en nuestra región. Muchas de estas empresas son de carácter tecnológico y con un fuerte carácter emprendedor. Son empresas con una gran proyección, que supieron anticiparse al futuro y están ahora consolidadas en el sector. Uno sólo tiene que dar un paseo por los diferentes parques científico-tecnológicos y empresariales para darse cuenta de esta realidad.

- Usted investiga y trabaja desde el ITMA y conoce de cerca la conexión entre el sistema de I+D+i y las empresas. ¿Es óptima esa relación? ¿Cómo mejorarla en su caso?

-Creo que la relación es buena, cada vez es mayor la implicación de las empresas en temas de innovación y su colaboración con diferentes agentes, como centros tecnológicos. Pero por supuesto todo es susceptible de mejora. En mi opinión, el trinomio ciencia-tecnología-empresa es clave para que un ecosistema de innovación resulte exitoso. La ciencia trata de entender el mundo que nos rodea, la tecnología convierte ese conocimiento científico en aplicaciones prácticas y la empresa traslada estas aplicaciones al mercado. La interacción entre estos tres entes es esencial en el progreso científico-tecnológico, no pueden ser entes independientes. En España y Europa aún nos queda camino por recorrer; en Estados Unidos nos llevan bastante ventaja al respecto.

- ¿Es necesario arriesgar en investigación e innovación?

-Pienso que es necesario arriesgar, creo firmemente en los proyectos de alto riesgo. Son proyectos que tienen grandes posibilidades de fracasar, pero que de consolidarse pueden traer grandes retornos tecnológicos, sociales y económicos. Y en cualquier caso, nunca el tiempo es perdido. Esos "fracasos" habrán servido para generar conocimiento científico y para allanar el camino a futuros descubrimientos. Bill Gates apuntaba: "Si en su empresa todos los proyectos han triunfado, es que algo ha fracasado". Ciertamente, el fracaso es el prólogo obligado del éxito. Tengo la firme convicción de que sólo las sociedades que apuesten por el trinomio ciencia-tecnología-empresa, y que incorporen un porcentaje significativo de proyectos de alto riesgo, serán protagonistas del futuro.

- Innovar requiere a menudo tamaño y recursos que sólo están al alcance de empresas grandes. Por su experiencia, ¿están las pymes asturianas empezando a implicarse en la innovación, acercándose a la Universidad y a los centros tecnológicos?

-Es cierto que a veces la innovación requiere de muchos recursos, pero no siempre es así. En ocasiones, la innovación no precisa de grandes medios, sino de grandes ideas y que alguien crea en ellas. Las pymes asturianas son agentes muy activos en innovación, especialmente en la mencionada innovación vertical. La tecnología avanza de forma exponencial. Por eso las pymes jugarán un papel crucial en esta era, en la que cada vez más se necesitarán nuevas empresas que acerquen al mercado los nuevos desarrollos tecnológicos.

- El mundo empresarial está demandando más formación científica y tecnológica (STEM) en el sistema educativo. ¿Es una petición sensata o se corre el riesgo de sacrificar otras materias relevantes?

-Creo que es una petición sensata. Vivimos en una sociedad científico-tecnológica. La ciencia y la tecnología son un poderoso motor de cambio social que remodela nuestras formas de vida. Imaginemos la vida sin medicinas, aviones, el láser o Internet; sería muy diferente a como la conocemos. La ciencia y la tecnología deben formar parte de nuestra cultura. Por otra parte, es muy importante fomentar la curiosidad por la ciencia y la tecnología y las vocaciones científicas en las edades tempranas. Y esto puede hacerse no solo a través del currículo del sistema educativo, sino también a través de la divulgación científica. Son estos jóvenes valores los que un día podrán satisfaces las demandas empresariales.

- Asturias es una región con una alta tasa de titulados superiores y también con una elevada calidad de vida que, según algunos expertos, puede resultar atractiva para atraer talento de fuera. ¿Hay mimbres para aspirar a convertirse en un polo de innovación más potente?

-Efectivamente, creo que hay mimbres y posibilidades de mejora si se articulan los mecanismos necesarios. En España las instituciones educativas y de investigación son demasiado rígidas y endogámicas. La excelencia puede presentarse de muchas formas y debemos ser capaces de acogerla. Tim Berners-Lee inventó la web, cambió el mundo, pero no es doctor y por ello no podría ser profesor titular en la Universidad española. Cuando una Universidad no puede acoger en sus filas a una persona como ésta, algo falla.

- ¿Está la región tomando posiciones en las nuevas tendencias de la innovación tecnológica: nanotecnología, nuevas energías, biomedicina??

-A pesar de ser una región pequeña, creo se está posicionando bien en diferentes tecnologías emergentes y disruptivas, como las que menciona, y en otras muy en voga como inteligencia artificial, Big Data, etc. Asturias tiene diferentes grupos de investigación en todas estas disciplinas científicas. Algunos de estos grupos de investigación están la Universidad o en el CSIC y centros tecnológicos; otros grupos están en las propias empresas. Cabe destacar que ya se han creado empresas en Asturias relacionadas con alguna de las temáticas mencionadas. Y algunas han resultado tan atractivas que han sido compradas por multinacionales y empresas consolidadas en el sector.

- Usted es un ejemplo de profesional asturiano que reforzó su formación en el extranjero y retornó después. ¿Cómo fue ese periplo?

-Investigué en el Instituto Tecnológico de Massachusetts en nanotecnología aplicada al sector de la energía solar. Fue una experiencia muy gratificante y enriquecedora. Me fascina de Estados Unidos su apuesta por los proyectos de alto riesgo. Creo que es algo que va implícito en la forma de ser del pueblo americano. Aquí sigo investigando en nanotecnología, aplicada no sólo al ámbito energético sino a otros sectores como el de la salud humana. En España y Europa el espíritu es más conservador, pero de momento no perdí la ilusión.

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