Caja de Ahorros de Asturias (Cajastur), integrada en Liberbank desde 2011 y hoy convertida en la Fundación Bancaria Cajastur, fue una de las instituciones financieras españolas que fueron espiadas presuntamente, junto a políticos, ministros, financieros, empresarios, reguladores y periodistas entre fines de 2004 y comienzos 2005 por el excomisario de policía José Manuel Villarejo (en prisión preventiva por el caso "Tándem") por encargo supuestamente, según la documentación revelada, por el BBVA durante la presidencia de Francisco González, en la actualidad presidente de honor de este grupo bancario.
La caja malagueña Unicaja, ahora Unicaja Banco, que está en conversaciones con Liberbank para afrontar una probable fusión, fue otra de las instituciones de crédito a las que se le habrían pinchado las comunicaciones sin autorización judicial para obtener información no precisada.
Villarejo y el BBVA están siendo objeto de una indagación por la Audiencia Nacional en dos piezas separadas del caso "Tándem" por supuesto espionaje en la comunicaciones a la asociación de usuarios de banca Ausbanc (cuyo presidente, Luis Pineda, también está en prisión por supuestos casos de extorsión) y a autoridades, ministros, empresarios, financieros, órganos reguladores y periodistas.
Además de este amplio colectivo de personas espiadas, las últimas revelaciones del listado de llamadas intervenidas han desvelado que diversos grupos financieros habrían sido también objeto de injerencias en el secreto de sus comunicaciones. En el listado que ahora ha desvelado "El Economista" aparecen llamadas telefónicas intervenidas entre el 4 y el 5 de enero de 2005 a las dos cajas de ahorros mencionadas así como a La Caixa, Banco Sabadell, Caja Madrid, Banco Popular, Banesto, Bankinter, Banco de Valencia, Banco Etcheverría, CAM, otras cajas, la Confederación de Cajas (CECA) y la Agencia Tributaria.
El entonces consejero delegado de BBVA y hoy presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri, afirmó ayer que nunca supo ni participó en las supuestas escuchas encargadas por el banco y que el actual consejero delegado de Bankia, José Sevilla, entonces también alto directivo del BBVA, tampoco conoció ni participó en tales prácticas, de haber existido.
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, exigió ayer "profundidad y prontitud" al BBVA en la investigación interna que ha emprendido.
