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La lucha contra la contaminación de los océanos

La restricción de los plásticos por la UE impactará en la industria asturiana

Los fabricantes regionales de productos de un solo uso y las empresas que los utilizan como envase deberán readaptar sus procesos fabriles

La restricción de los plásticos por la UE impactará en la industria asturiana

Las restricciones en el uso de los plásticos que prepara la Comisión Europea (CE) con su propuesta de directiva para combatir la contaminación de los océanos impactará en la industria regional fabricante de artículos de un único uso elaborados con este material (en Asturias operan media docena de empresas productoras) y también en gran parte de las compañías de bienes de consumo: aquellas que utilizan envases y bandejas para la comercialización de sus productos, sean agroalimentarios (leche, agua, carnes y otros) u otro tipo de bienes, como lejías y productos de limpieza.

La propuesta de directiva de la CE ya pasó por el parlamento europeo y ahora se halla en el ámbito del Consejo de Ministros, donde se supone que la aprobación podría ser inminente. Si así ocurriese, los estados miembros (caso de España) tendrán un plazo de dos años para trasponer la norma a la legislación nacional.

Un empresario asturiano fabricante de artículos de plástico de uso único señaló que, aunque en principio la norma no afecta específicamente a su producción, tendrá un "efecto terrible" sobre el sector. Este fabricante, que prefirió no ser mencionado, cree que "todo lo que ahora no se prohibirá, se acabará vetando" porque "se está criminalizando el plástico". En principio, habrá prohibición taxativa de cubiertos de plástico, pajitas para beber refrescos, bastoncillos, platos, agitadores de bebidas y varillas de globos, y se pretende reducir o limitar el uso de envases y vasos de plástico, entre otros objetos de uso común.

Este empresario indicó que "la UE legisla en contra de su propia industria" (el sector de la fabricación de plástico de un único uso ocupa a 100.000 personas en la UE, según estimación empresarial) porque "el 85% de la contaminación marina con plásticos", argumentó, "procede de países terceros".

La industria esgrime así argumentos similares a quienes alertan de desmantelamientos fabriles en la UE si es más estricta que otras áreas económicas en la descarbonización de la economía y la penalización de las emisiones de gases causante del cambio climático.

Un empresario del sector dijo que la industria alimentaria tendrá muchas dificultades para incorporar plásticos reciclados por el carácter muy restrictivo de la norma que regula la salubridad de los alimentos y que la sustitución de plásticos derivados del petróleo por otros de origen vegetal encarecerá el producto, obligará a las fábricas (también a las que usan plástico para envasar sus productos) a adaptar sus procesos fabriles y que será necesario cultivar extensiones "brutales" de superficie para cubrir las necesidades.

El Club de la Calidad de Asturias ha puesto en marcha un grupo de trabajo para "coordinar a empresas asturianas afectadas, buscar soluciones, plantear alternativas, abordar negociaciones y crear una red para facilitar el cumplimiento, anticiparse y prepararse para el cambio", dijo Román Merino, responsable de I+D+i y asistencia técnica de STRE, filial española (con sede en Asturias) de la multinacional estadounidense STR.

Merino sostiene que las Administraciones han comprometido su ayuda a la transición pero que dos años, hasta la trasposición de la norma, "no es plazo suficiente para buscar materiales alternativos" y más, dijo, cuando algunas regiones (Baleares, Valencia y Navarra) están decidiendo por su cuenta prohibiciones adicionales, como la de las cápsulas de café, con varios productores en Asturias, aunque no lo prevé la norma de la UE.

La norma europea plantea en su redacción actual "reducir" el uso de bandejas de plástico para alimentos y prohibirlas en determinados usos (Asturias tiene varias empresas fabricantes) y proscribir (aunque podría haber prórroga hasta 2024) el tapón de rosca separable de la botella. lo que afecta a aguas envasadas, refrescos, leche y otros productos. Impone un componente mínimo de plástico reciclado en botellas del 25% en 2025 y 30% en 2030, responsabiliza a fabricantes, envasadores y vendedores finales de la selección y recogida y costes de limpieza de vertidos y exige que el 77% de las botellas deberán recogerse de forma selectiva en 2025 y el 90% en 2029. También se promueve la tendencia a transitar hacia productos compostables y a forzar el reciclaje con trazabilidad como condición previa a su reutilización en la industria alimentaria por razones de higiene y seguridad.

La organización ecologista Greenpeace dijo que los supermercados españoles suspenden por el uso de los plásticos.

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