El presidente de EE UU, Donald Trump, lanzó en agosto una andanada contra la Organización Mundial de Comercio (OMC), lleva desde el inicio de su mandato (enero de 2017) intentando debilitar al organismo y lo ha orillado como foro de resolución de conflictos. El pasado verano amenazó con abandonar la institución, heredera del antiguo GATT.
Con similares intenciones, el miércoles propuso para presidir el Banco Mundial a David Malpass, un "feroz crítico" de esta institución. Trump, partidario de un modelo de relaciones bilaterales, en el que EE UU se entienda con cada uno de los demás por separado y de forma individualizada, pretende acabar con el sistema multilateral liberal que su país abanderó y lideró en la cumbre de Bretton Woods (1944) y que solemnizó la entonces abrumadora hegemonía mundial de EE UU frente al bloque comunista.
El abandono del Pacto de París por el Cambio Climático, la ruptura en solitario del acuerdo nuclear internacional con Irán, el anuncio unilateral (sin previo aviso a sus aliados) de la retirada de sus tropas de Siria y Afganistán (sin que se haya oído la menor crítica a quienes tanto censuraron a Zapatero por hacer lo mismo en Irak) y las agresiones a la Unión Europea (con su apoyo al secesionismo británico, a los eurófobos del Este, a Matteo Salvini y Luigi di Magio en su desafío fiscal al Tratado de Maastricht, a Marine Le Pen y a otros extremistas; la incitación a Theresa May para que opte por una ruptura radical con la UE y a Emmanuel Macron para que Francia se sume a Reino Unido en la salida de la UE, el trato vejatorio a Angela Merkel en marzo de 2017 y en junio de 2018, y la degradación el mes pasado del estatus de la legación diplomática de la UE en Washington) evidencian el empeño de fracturar más que de integrar y de dividir más que de soldar, desmintiendo con los hechos sus palabras en Davos en enero de 2018 ("'América primero' no significa 'América sola'") e ignorando la antigua enseñanza del viejo proverbio africano según el cual para ir rápido conviene ir solo pero para llegar lejos es mucho mejor hacerlo acompañado.