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Nuevo golpe a la industria asturiana

El coste eléctrico y la estrategia de expansión de Arcelor ahogan a la siderurgia asturiana

Las plantas del Principado sufren recortes por el alto precio de la luz y el aumento de la capacidad de producción en el Sur de Europa cuando crece la importación desde Turquía

El coste eléctrico y la estrategia de expansión de Arcelor ahogan a la siderurgia asturiana

Las fábricas siderúrgicas de Asturias se han convertido, de la noche a la mañana, en uno de los eslabones más débiles de la cadena de plantas de Arcelor-Mittal en Europa.

Ante los primeros síntomas de debilitamiento de la demanda de acero en la UE, y ante las arremetidas de las importaciones procedentes de países extra comunitarios y el aumento de los costes de las emisiones de CO2, la multinacional ha decidido recortar 700.000 toneladas de producción en las plantas del Principado -lo que equivale al 16% de su volumen de fabricación en 2018- que irán acompañadas de un nuevo ERE. Dentro del contexto de transición energética, la multinacional señala que los altos precios de la electricidad en España, al igual que en Polonia (donde también se concentran los recortes), han sido claves para meter tijera, pero las estrategias de expansión de la compañía también tienen parte de responsabilidad. Con la reciente compra de la siderúrgica italiana Ilva, Arcelor ha aumentado su capacidad de producción en el Sur de Europa y es precisamente en esta zona donde más se nota la presión de las importaciones de acero procedentes de países extra comunitarios libres de sobrecostes ambientales, especialmente de Turquía. Además, la compra de Ilva ha obligado a la multinacional a desinvertir en plantas del centro de Europa, donde se concentra buena parte de la demanda de acero, lo que ayuda a proteger a la factorías allí ubicadas y que continúan en el grupo, como es el caso de las fábricas de Francia, Alemania, Bélgica o Luxemburgo, con las que solían medirse las de Asturias.

"Llama la atención que en Francia o Alemania no haya recortes de Arcelor y sí en Polonia y España, lo que tiene que ver con la tarifa eléctrica", señaló Belarmino Feito, presidente de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE). Fuentes de Arcelor-Mittal destacaron los "elevados" precios de la electricidad para justificar los recortes tanto en Polonia como en España, pero en la reunión que directivos de la compañía mantuvieron con los sindicatos el pasado lunes mencionaron otros factores estratégicos. A la pregunta de por qué recortes de producción de chapa en Asturias y no en Francia, Luxemburgo o en Alemania, los directivos señalaron que una merma en la producción en Centroeuropa, donde se concentra buena parte de la demanda, obligaría a incrementar las expediciones desde las plantas periféricas, lo que incrementaría los costes por el transporte. Esa proximidad a los principales centros de consumo, sumado a unos precios de la energía competitivos, blinda a esas plantas centroeuropeas frente a los recortes y debilita la posición de las periféricas como las de Asturias.

Además, en su estrategia de expansión, Arcelor-Mittal ha adquirido la macro planta siderúrgica de Ilva en Tarento (Italia), con lo que ha incrementado de forma sustancial su capacidad de producción en el Sur de Europa. Pero ese salto de escala se ha producido al mismo tiempo que la región Sur de la UE ha registrado un incremento "sin precedentes", según destacaron fuentes de Arcelor, de las importaciones procedentes de fuera de la UE -principalmente de Turquía- que no tienen que afrontar costes de emisiones de CO2. Sólo en España, las importaciones desde Turquía aumentaron un 52% en 2018, según Unesid. La conjunción de todos esos factores ahogan a la siderurgia.

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