El cierre de oficinas y supresión de empleos que ha planteado el Banco Santander a los sindicatos (y que éstos pretenden minimizar durante la negociación, que comenzará oficialmente el jueves próximo) podría conllevar, en los términos planteados inicialmente por el grupo, la desaparación de 59 empleos y el cierre de unas 24 oficinas en Asturias si el ajuste que propone el banco se acometiese de forma homogénea y uniforme en toda España. La entidad ha facilitado cifras globales a los sindicatos pero no la incidencia específica en cada comunidad autónoma.

Tras la absorción del Banco Popular en el verano de 2017, el Banco Santander ya pactó y aplicó hace algo más de un año un recorte de 1.100 empleos en la servicios centrales para suprimir redundancias de estructura a consecuencia de la integración de la entidad adquirida, y ahora pretende atajar las duplicidades existentes en la red comercial al subsumir las sucursales de las dos organizaciones en una única estructura. Para ello, el grupo presidido por Ana Botín plantea en España un recorte 1.150 oficinas, el 26% de las 4.366 existentes, y la supresión de 3.700 puestos de trabajo, el 11,31% de los 32.607 empleos de que dispone.

En Asturias, el Banco Santander tiene 94 oficinas, el 2,15% de la red comercial existente en el país, y 537 empleados, equivalentes al 1,64% de la plantilla de la organización en el país.

De las 1.150 oficinas que se pretenden suprimir en España (una de cada cuatro sucursales), 929 pertenecen a la red comercial, 200 serán sustituidas por agentes y 21 son de la división de banca privada, según fuentes sindicales. En el caso del empleo (se prescindirá de uno de cada diez trabajadores), el grueso son de oficinas aunque los sindicatos creen que el recorte de red también puede impactar algo de nuevo en la plantilla de los servicios centrales.