La huelga de supermercados, que iba a reanudarse la pasada noche en los almacenes logísticos y esta mañana en las tiendas, quedó desconvocada a las ocho de la tarde de ayer, previa mediación del Gobierno del Principado. Las partes se comprometieron a volver a reunirse el 13 de enero para retomar las negociación del convenio colectivo para el periodo 2019-2021.

El paro, al que estaban convocados 12.000 trabajadores de los supermercados de capital asturiano y una enseña de ámbito estatal (La Plaza de Dia), además de otras tiendas y cadenas de alimentación, iba a prolongarse hasta la Nochevieja. Anteriormente se produjo una primera tanda de paros entre el 21 y el 24 de diciembre que tuvo un seguimiento dispar (Alimerka habló de un absentismo del 6% el día 24, frente a menos del 20% el día 21, y un sindicato lo cifró en el 75%), posicionó a trabajadores a favor y en contra de la medida, y causó una caída de las ventas y de la afluencia de público (en un periodo crucial para las cadenas, por ser la época del año de mayor consumo en el hogar), aunque la inmensa mayoría de los establecimientos afectados abrieron al público con horario normal.

La Dirección General de Empleo de la Consejería de Industria se dirigió por carta a la patronal asturiana de supermercados (Asupa) y a los sindicatos (UGT, CC OO y USO) llamándolos a dar pasos que permitieran normalizar la situación. Alimerka (la compañía hegemónica en Asturias y en la patronal del sector) había dicho por la mañana que la renuncia a la huelga era condición irrenunciable para normalizar la situación, y los sindicatos reclamaban desde días atrás la reanudación de los contactos en el seno de la mesa negociadora del convenio. El director general de Trabajo, Pedro Fernández-Raigoso, se mantuvo en contacto ayer con las dos partes a lo largo de la tarde. Aunque patronal y sindicatos no llegaron a reunirse ni a tener contactos directos entre sí, se fueron haciendo aproximaciones que concluyeron con la desconvocatoria por CC OO, UGT y USO.

La patronal sectorial se había abierto por la mañana a la posibilidad de considerar alguna mejora adicional en el convenio sólo si había desconvocatoria y, según personas conocedoras, sin que esto implique la aceptación (al menos, en la forma en que habían sido planteadas por los sindicatos) de las dos demandas que precipitaron la huelga: la contabilización dentro de la jornada de trabajo de los 20 minutos diarios de descanso y la mejora automática de categoría laboral de todos los empleados cada cuatro años.

El pasado día 12 ambas partes habían llegado a un acuerdo consistente en subidas salariales anuales del 1,8% para 2019, 2% para 2020 y 2,38% para 2021, y que ningún trabajador perciba menos de 1.400 euros brutos mensuales en 2021, lo que, según Asupa, supondría que el 80% de los empleados tengan incrementos de hasta el 13%. Las partes también habían concertado dos días más de vacaciones (pasarían a ser 32), un mayor periodo de lactancia que el previsto en la norma, la subrogación de plantillas en caso de venta o de compra de empresas y la recuperación de días de descanso cuando coincidan con festivos. La negociación encalló sin embargo en las dos demandas rechazadas por Asupa y que, según la patronal, supondrían un incremento de costes del 12%, lo que, sumado a las mejoras en las que sí había habido acuerdo, supondría un encarecimiento, según Alimerka, del 26% en cuatro años. Alimerka reiteró ayer que más del 80% de sus empleados tienen contratos indefinidos y que el 100% cuenta con "salarios equiparables al conjunto del sector, así como ventajas sociales significativas".

La patronal asturiana (Fade) había llamado ayer por la mañana al diálogo y al cese de la huelga. Podemos intentó ayer -como ya había hecho el día 22- que se aprobase una declaración institucional del parlamento asturiano en apoyo de los huelguistas pero no prosperó.