El programa de exploración de nuevas reservas de oro en la explotación aurífera de El Valle-Boinás (Belmonte de Miranda) "está proporcionando resultados emocionantes, mostrando potencial para continuar extendiendo la vida útil de la mina", afirmó ayer el consejero delegado de la multinacional minera canadiense Orvana, Juan Gavidia, en una comunicación a los inversores.
El primer ejecutivo de la compañía, que opera en Asturias a través de su filial Orovalle, anunció a su vez que está comenzando una nueva campaña de exploración en la mina de Carlés (Salas), con la que el grupo espera "proporcionar", dijo, "resultados positivos en el futuro cercano".
Las buenas expectativas tanto en El Valle-Boinás, en la sierra de Begega, principal explotación aurífera de Asturias, así como en la mina de Carlés (que tiene una actividad intermitente, de cierres temporales y reapertura en función de la cotización del oro y de la localización de recursos adicionales) garantizan la prolongación de la actividad con un horizonte a más largo plazo, no precisado, confirmando así la convicción en la que trabajaba la empresa desde hace tiempo. Con ello Asturias, única región productora de oro en el sur de Europa, consolidará la continuidad de este tipo de minería.
En paralelo a la reprofundización de sus dos explotaciones actuales, Orovalle, que tiene concesiones de exploración de posibles yacimientos en varios municipios del suroccidente asturiano, está pendiente de culminar la tramitación administrativa de dos de ellos (las de Ortosa-Godán, en Salas, y Lidia, en Cangas del Narcea) para iniciar las primeras campañas de sondeos en ambos.
La nueva campaña de exploración en El Valle-Boinás comenzó entre octubre y diciembre (primer trimestre del ejercicio fiscal 2020 de la compañía) y ha permitido detectar estructuras de óxido. El primer pozo de perforación, de 256,3 metros de profundidad, localizó intersecciones de oro superiores a 7 gramos por tonelada. Como parte de la misma campaña de exploración, Orovalle está ejecutando en este trimestre dos pozos adicionales de 600 metros.
En el caso de Carlés, el proyecto de ampliación y profundización se centrará en una campaña de exploración en la zona Norte del yacimiento. "El equipo de exploración apunta a la extensión de la mineralización a más de 500 metros verticalmente y en profundidad. Se planean más de 3.500 metros en una campaña de perforación direccional desde la superficie", indicó la empresa en la comunicación a la Bolsa canadiense.
Las explotaciones de El Valle-Boinás y Carlés empezaron a ser explotadas en la era reciente en 1997 y estuvieron activas hasta 2006, cuando Río Narcea Gold Mines abandonó su extracción. Tras un parón de cinco años, las reabrió Orvana Minerals en 2011 tras adquirir la compañía Kinbauri (actual Orovalle), que había comprado los derechos mineros de ambas explotaciones a Río Narcea. Desde entonces las dos explotaciones auríferas han estado activas, salvo Carlés, que opera de modo discontinuo.
En el pasado trimestre (el primero del ejercicio fiscal de 2020) Orovalle redujo la producción de oro no por un descenso en la extracción sino por la disminución del ritmo de tratamiento en la planta a consecuencia de las lluvias que, por su intensidad (el 300% superior al promedio habitual) causaron problemas de arrastre y mezcla en el molino. Como consecuencia de ello, se produjeron 13.722 onzas de oro frente a 16.185 onzas en el trimestre precedente. La compañía señaló ayer que, pese a ello, está en la senda de cumplir en 2020 la producción prevista y que las 20.000 toneladas extraídas y no tratadas fueron almacenadas para su molienda durante el actual trimestre.
