Dos consorcios financieros internacionales son los finalistas para la adquisición mayoritaria o total de la división de ascensores, pasillos rodantes, escaleras mecánicas y pasarelas aeroportuarias de Thyssenkrupp (presente en Mieres y Gijón) tras el descarte del competidor finlandés Kone, que concurría con el grupo de capital riesgo británico CVC.

Los dos grupos que han superado la criba son, en un caso, el integrado por el banco de inversión Blackstone y el fondo de capital riesgo Carlyle (ambos estadounidenses) y el fondo de pensiones canadiense CPPIB y, en el otro, el formado por la empresa estadounidense de capital riesgo Advent, la gestora británica de capital riesgo Cinven y la Autoridad de Inversiones de Abu Dhabi.

Junto con la de Kone y CVC también se ha caído de la carrera la oferta conjunta de la gestora canadiense de activos Brookfield y de la compañía de inversiones del Gobierno de Singapur Temasek.

La oferta de Kone (tercer fabricante mundial de ascensores) sobre el negocio de Thyssenkrupp (cuarto) preocupaba a los sindicatos por el temor al cierre de plantas y reducciones de empleos por solapamientos. El segundo fabricante mundial (el suizo Schindler) había anunciado posibles demandas a las autoridades de Competencia.

Thyssenkrupp, con un grave deterioro de resultados y una deuda muy elevada, pretende vender su negocio de elevación (el más rentable y valioso del grupo) para reparar su balance. Pretende obtener entre 15.000 y 17.000 millones por el 100%, aunque es posible que conserve entre el 20% y el 30%. Si fracasase la venta, Thyssekrupp sacaría a Bolsa antes del verano su negocio de ascensores.